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Anne Greenwald


RATIONAL ISLAND

January 2025
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De vuelta a casa

Soy una palestina que nunca ha estado en Palestina. Llevo el nombre de mi abuela, Sitto Fatima, que se vio obligada a abandonar Palestina en 1948. Reunió a sus hijas e hijos, se llevó a sus animales para intercambiarlos y se aferró a la llave de su casa, pensando que algún día volvería a su granja.  Nunca pudo volver.

Tras ser desplazada de Palestina, vivieron en un campo de refugiados en Líbano. Treinta y siete años después, yo nací en el Líbano. Me dieron el estatuto de refugiada: pasaportes y tarjetas de identificación muy grandes para que te vean [se fijen en ti]. A pesar de ser refugiada, hice todo lo posible por encajar en el entorno. Siendo palestina, aprendí muy pronto que no tener tierra significa que hay que soportar la humillación, el rechazo, la discriminación y la violencia.

Desde el 7 de octubre, en mis sesiones, he estado desahogando para abandonar los patrones de genocidio [grabaciones de angustia] y no conformarme con sobrevivir y aguantar. He estado desahogando sobre cómo era ser una refugiada. Para mí, como palestina en la diáspora, el hogar es un tema delicado. ¿Es un lugar? ¿Es una idea? ¿Es temporal?

Como refugiada en el Líbano, convivía con los puestos de control y era una ciudadana de segunda clase con oportunidades limitadas. Vivíamos con la electricidad racionada y el agua del grifo, que no era agua potable. Un verano tuvimos que escapar de casa por culpa de los bombardeos. Pero no sé qué se siente al vivir en un apartheid en la propia patria.

Quiero que mis aliadas apoyen al pueblo palestino sin vacilar. ¿Qué haría falta [ pedirles] para poner al pueblo palestino en el centro? ¿Cómo sería darnos la bienvenida en nuestro hogar? ¿Cómo sería humanizar a la población palestina en sus mentes y pedir un alto el fuego y evitar que los habitantes de Gaza sean aniquilados [asesinados]?

He estado dándole vueltas a lo que significaría volver a casa. Sueño y lloro con visitar el pueblo de mi padre y de mi madre en Palestina, rezar en la mezquita de Al Aqsa, pasear libremente por las ciudades y oler los azahares. Sueño con comer higos y aceitunas en nuestra granja. En mis sueños, pongo la cabeza en la tierra y ella me susurra con cariño: “Habibti, estás en casa”.

Fátima en la Diáspora

Título original del artículo: “Coming Home”

Publicado en Present Time Nº 215, abril del 2024

 

 


Last modified: 2024-07-31 18:02:30+00