“Decidir contraatacar”
Tim Jackins en el taller para líderes de la costa oeste de EE. UU. y Canadá, enero de 2024
Todavía estamos aprendiendo sobre el proceso de desahogo y sanación, incluyendo la diferencia entre nuestra mente y las grabaciones. Podemos ser claros en nuestra comprensión de la teoría y luego confundirnos en la práctica. Podemos sentirnos confundidas cuando la re-estimulación es lo suficientemente grande y los recursos que nos rodea son lo suficientemente pequeños.
Una de las formas de impulsar la batalla por la clarificación es decidir que la teoría de RC es correcta y que podemos usar nuestra mente sin importar lo que nos suceda. Mientras más angustia no desahogada tengamos, más confusa será. Pero no parece que ninguna acumulación de angustia nos haga impotentes. Siempre es posible ver lo que es real y dirigirse en esa dirección.
Podemos hacer esa distinción entre viejos sentimientos y la realidad actual sin importar qué sentimientos del pasado nos hayan atrapado. Parece que la mente humana siempre tiene la capacidad de ver la realidad y luchar para volver a ella.
Muchas de nosotras nos despertamos cada mañana en un pantano de sentimientos re-estimulados. Algunas de nosotras podemos reconocerlo como un pantano y podemos luchar por la realidad. Podemos hacerlo porque hemos desahogado mucho y hemos visto cómo las cosas cambian.
Sin embargo, cuantas de nosotras, cuando nos despertamos en nuestro pantano, no podemos pensar en ello; sólo podemos vivirlo. Por ejemplo, si la re-estimulación contiene sentimientos de tristeza, entonces concluimos que los sentimientos de tristeza están sucediendo ahora mismo.
Nuestro vocabulario nunca ha hecho claramente esta separación: que lo que sentimos es lo que sentimos hace mucho, mucho tiempo. Quedamos atrapadas en una repetición, la repetición de una “película” que hemos visto miles de veces. La grabación es real sobre el pasado, pero no sobre el presente.
Dejar de vivirlo implica tomar una decisión a pesar de la angustia. Significa tomar la decisión de no vivir el pasado.
DECIDIR IR EN CONTRA DE LA GRABACIÓN
Es posible decidir cada mañana en contra de la grabación, reconocer clara y explícitamente que este conjunto de sentimientos es simplemente viejo. No estoy diciendo que podamos dejar de sentirlo.
Para deshacerse completamente de estas cosas se necesita mucho desahogo. Pero hay algo en no reconocerlo como real en el presente que es importante y hacerlo explícitamente cada vez que se nos presenta.
Querer cambiar ahora mismo.
Puede parecer que no podemos decidir ir en contra a menos que podamos cambiarlo, ahora mismo: “Debería poder liberarme de ello inmediatamente si lo reconozco”. Tal vez puedas, pero según mi experiencia, se necesita mucho más trabajo que eso. Cambia con el desahogo. Cambia con mucho desahogo. No es un error que lleve tiempo. Simplemente estamos impacientes por superar situaciones [recuperarnos] que nunca debieron haber sucedido. Eso es muy comprensible. Pero ser capaz de reconocerlo cambia nuestra comprensión de la realidad. Y eso marca la diferencia.
Desafiando las angustias del presente
Por supuesto, una manera de enfrentar estas dificultades es trabajar en ellas tanto como tengamos los recursos para hacerlo.
La otra forma es desafiarlos en el presente. Podemos dejar de vivirlos, lo hacemos para que todos los que nos rodean puedan ver cuánto nos duele, como si hubiera algún recurso que atraeríamos si lo actuamos lo suficiente. No creo que hayamos tenido éxito en esos esfuerzos, pero muchas de nosotras lo hemos logrado. Antes de rendirnos cuando éramos jóvenes, intentamos desesperadamente que alguien se diera cuenta.
Decidir ser feliz
Pero ahora podemos decidir que esta confusión no va a durar más tiempo en nuestra mente. Una versión extrema de esto es decidir que vamos a ser felices. Literalmente, podemos decidir que seremos felices. Cualquier cosa que haya ocurrido en el pasado en algún sentido importante, ahora no importa.
¿Podemos decidir ser felices? Veo esa pregunta en la mayoría de vuestras caras. Vamos a intentarlo. Mira a tu alrededor, en los rincones de tu mente. ¿Puedes concebir ser feliz? ¿Puedes concebir esa idea? Cómo podrías sentirte satisfecho de existir y satisfecho con la vida tal como es. No satisfecha, pero sí contenta de estar viva. La vida en cualquier forma es simplemente maravillosa. Y somos esta forma especial de vida al final de un largo proceso evolutivo en el que podemos interactuar con la realidad y entre nosotras de maneras maravillosas. Sin embargo, la mayoría de los días somos infelices. Estamos infelices porque nos vemos arrastradas por aquellas situaciones difíciles que sucedieron y de las que nunca pudimos recuperarnos.
¿Qué es realmente estar vivo como ser humano? ¿Cuáles son las posibilidades? ¿Cuáles son los disfrutes? ¿Cuáles son las cosas que atesoramos? Hay toda una realidad de la que nuestras nubes de angustia no desahogada nos hacen difícil mantenernos conscientes. Sospecho que, sin angustia, estar vivo probablemente sea exactamente lo mismo que ser feliz.
¿Qué pasa si dejamos de permitir que nuestras angustias nos afecten, sólo por un minuto? No es mucho pedir, no creer en las angustias ni por un minuto.
Ser cada vez más humano ahora
Una de las batallas contra la angustia es no dejar que nos impidan ser cada vez más humanos.
Por ejemplo, puede ser algo tan sencillo como mirar a la persona que tenemos al lado y quedar encantadas con ella y con nosotras mismas. Podemos hacerlo ahora. Date la vuelta y sé humano con alguien por un minuto. Estad encantadas con ellas.
Ahora hagamos una mini-sesión en la que te dirijas en esa dirección lo mejor que puedas. Quiero que estés lo más plenamente viva posible con otra persona. Intenta estar completamente satisfecha contigo misma y con estar viva junto con este grupo de personas.
Las angustias son confusas y siempre es sorprendente cuánto el desahogo aclara la realidad.
Ya no soy una víctima
¿Qué podemos hacer con nuestra mente ahora? ¿Qué podemos pensar en lugar de dejar que las grabaciones de angustia determinen nuestros pensamientos?
Muchas de nosotras trabajamos en angustias tempranas y duras desde la perspectiva de la víctima. Nosotras fuimos la víctima. Y es como si no fuéramos a renunciar a eso hasta que alguien lo reconozca. Pero puede que no sea la perspectiva más eficaz o poderosa desde la que trabajar. Realmente no cuestiona lo que pasó. Simplemente lo vivimos repetidamente. ¿Qué es una perspectiva diferente? Una es que fue un error que sucediera, pero fue un error. Otra es su oposición a ello. Ya sea que puedas cambiarlo o no, puedes oponerte a ello. Podrías decir que no. Podrías mirar directamente a esa situación tal y como te llega y decir no. Tanto si puedes cambiarlo o no. No tienes que aceptarlo, incluso si no puedes pararlo.
Otra cosa diferente, es que tengas intención de cambiarlo. Tienes la intención de cambiarlo, ya que es parte de tu vida, es allí donde todavía estás paralizado por esa grabación de angustia. Si puedes cambiarlo o no ahora es una cuestión diferente. Puede haber límites a nuestra eficacia en cualquier circunstancia. Pero no sé si existe un límite a lo que podemos decidir mentalmente en cualquier circunstancia.
Podemos oponernos en situaciones donde no podemos hacer nada y estar en oposición es mucho mejor que ser víctima. Para casi todas nosotras, la posición de víctima incluye darse por vencida. Y eso es diferente a ser derrotada mientras se permanece en la oposición.
Desafío y contraataque
Otra posición posible es la del desafío. Ésa es más familiar. “¿Oh sí?” Es como los llamados “dos terribles”, cuando un pequeño no se rinde, aunque no pueda ganar, incluso cuando se equivoca. Esta posición es mucho más poderosa. No se trata de tener razón o no. Se trata de establecer la perspectiva de nuestra mente ahora en una posición que nos permita trabajar en el material de manera más efectiva.
Y la forma en que trabajamos en las cosas desafiándolas es muy diferente a la de trabajar en ellas como víctimas. Está mucho más cerca de donde queremos terminar.
Es tu mente. ¿Quién más va a cambiarlo? Es tuyo. O lo haces, o las angustias lo mezclan todo de maneras familiares. Tú tienes la capacidad y puedes elegir luchar contra los sentimientos y las confusiones de las grabaciones de angustia, y esas perspectivas marcarán la diferencia en tus sesiones de RC.
Puedes decidir contraatacar. Eso está debajo de todo esto. Nos vimos obligadas a ceder o capitular cuando éramos pequeñas. Nunca llegamos a aprobarlo, por lo que todavía nos inclinamos en esa dirección. Podemos regresar y terminar el trabajo para poder elegir nuestras perspectivas y no quedarnos estancadas en las que nos fueron impuestas.
Título original del artículo:
“Deciding to Fight Back”
Publicado en Present Time
Nº 215, abril del 2024
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