Racismo, racismo internalizado y cambio climático
Los informes publicados recientemente destacan la inmediatez y la gravedad de los peligros del cambio climático. El daño causado por el cambio climático ya no es algo que sucederá en un futuro lejano y distante. Estamos sintiendo los efectos del cambio climático en el aquí y en el ahora, en nuestras propias vidas, en las vidas de las personas que conocemos y en nuestras comunidades.
Hay varias maneras en que el racismo y el racismo internalizado han afectado a nuestra respuesta al cambio climático. Cuatro maneras en que el racismo ha influido en él son: (1) la falta de ambición climática entre las personas líderes, (2) las comunidades de las personas de la Mayoría Global que están siendo desproporcionadamente afectadas por el cambio climatic, (3) las comunidades de las personas de la Mayoría Global que soportan una parte desproporcionada de la carga por hacer algo que concierne al cambio climatic, (4) La mayor parte de los procesos de toma de decisiones y los recursos necesarios para tomar medidas para hacer algo al respecto están en manos de las personas blancas.
Me extenderé en una faceta de este racismo y diré algo acerca de una expresión del racismo internalizado.
FALTA DE AMBICIÓN CLIMÁTICA
En los Estados Unidos, un negacionista del cambio climático, puesto en el poder tras una campaña nacional cargada de retórica racista, está al mando de la política nacional para hacer algo con respecto al cambio climático. Este líder no sólo carece de una “ambición climática acentuada” que necesitan en este momnto las líderes nacionales, sino que además promueve políticas y programas claramente diseñados para acelerar y profundizar los efectos del cambio climático.
Apoyado por una base de votantes que defienden públicamente el racismo radical, este líder se ha retirado de la participación en los acuerdos internacionales sobre el cambio climático, como el Acuerdo de París, y ha eliminado las políticas y programas que frenarían o revertirían los efectos del cambio climático. El racismo defendido públicamente ha dado lugar a un clima nacional en el que, en lugar de hacer algo para frenar o revertir el cambio climático, las políticas y los programas nacionales, arraigados en la codicia y las ideologías racistas, están ayudando a acelerar el cambio climático y a empeorar su impacto.
Las Comunidades y Naciones de la Población Negra y Afro-Americana han experimentado hasta ahora los impactos más severos del cambio climático. La limitada respuesta de las personas líderes de las naciones occidentales al cambio climático es un reflejo del racismo. Y la negación del cambio climático por parte de las líderes nacionales en Estados Unidos, ante pruebas irrefutables, está respaldada por una base política impregnada de racismo.
EL RACISMO INTERNALIZADO
La gente de la Mayoría Global a veces sentimos que el cuidado del medio ambiente no es nuestro problema. El racismo en nuestra vida diaria es tan abrumador que encontramos poco tiempo o atención para pensar en el cuidado del medio ambiente. Mantenernos vivas y apoyar a nuestras familias y a las personas de nuestras comunidades para que mantengan y vivan una buena vida, es lo que nos absorbe nuestra preocupación y atención.
El racismo ha cobrado tal precio en nuestras vidas y mentes que pensar en el futuro del planeta y en el bienestar a largo plazo de toda nuestra gente parece una tarea que es mejor dejar a otras personas. El racismo internalizado nos ha dejado con la noción de que el pensamiento sobre el futuro de nuestras vidas, de nuestras comunidades y de la vida en nuestro planeta podría dejarse en manos de las personas blancas de manera apropiada o segura.
Pero ahora sabemos los peligros inmediatos que plantea el calentamiento global y que evitar los puntos de inflexión irreversibles para la vida en la Tierra requiere nuestro mejor pensamiento.
Las personas de la Mayoría Global debemos estar al tanto de las posibles consecuencias del cambio climático para nuestras familias y comunidades. Podríamos salvar a nuestros vecindarios del aburguesamiento simplemente dandonos cuenta de que nuestras niñas y niños no pueden salir a la calle porque no pueden respirar el aire. Necesitamos desahogar acerca de la realidad cada vez más evidente de que en muchas de nuestras comunidades las lluvias son muy intensas, o que llegan con demasiada frecuencia, o que no lo hacen en los momentos y lugares en que las necesitamos. Nos damos cuenta de cómo la desertificación y el aumento del nivel del mar continúan afectando a nuestros hogares y a nuestra forma de vida, a la vez que los tsunamis, los ciclones y otras condiciones climáticas catastróficas traen traumas a nuestras vidas.
El polvo del desierto africano del Sahara cubre los glaciares de Unstad, en el archipiélago de las Lofoten, en el Círculo Polar Ártico. El polvo sahariano disminuye la reflectividad de la nieve y del hielo, acelerando el deshielo de los glaciares y acelerando el calentamiento global. Claramente, ninguna parte del planeta tierra está aislada de otra. Estamos todas juntas en esto. La gente de la Mayoría Global necesita deshogar sobre el calentamiento global y después responsabilizarse del movimiento para preservar la vida para el ser humano y los otros seres vivos en el planeta tierra.
Barbara Love
Persona de Referencia Internacional
para los Pueblos de Herencia Africana
Amherst, Massachusetts, EE.UU.
Título original del artículo: “Racism, Internalized Racism, and Climate Change ” Publicado en Present Time Nº 194, enero del 2019
Traducción: Elena Mendiabal en Euskal Herria / País Vasco