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Diane Shisk

 

Impulsando el cambio

De una charla de Tim Jackins en el taller: Gestionando activamente la participación de RC en el mundo, en California, EE.UU., en Marzo del 2018

Lo que a continuación describo es mi análisis de la situación actual:

Nuestra creciente y expansiva racionalidad como co-escuchas, aunque la acelerásemos, no iba a ser suficiente para detener la destrucción del medio ambiente. Las tasas de cambio son demasiado dispares. La destrucción está ocurriendo rápidamente, y deshacer décadas de angustia acumulada no es un proceso rápido. No es que hayamos fracasado; simplemente que no es un proceso rápido.

Así que tenemos que hacer otras cosas. Tenemos que encontrar la forma de reivindicar y garantizar cambios en el comportamiento de la sociedad, y tenemos que hacerlo antes de que pueda haber un consenso generalizado al respecto. Estaría bien si pudiéramos hacer esto de una manera poco agresiva, esperando que eso fuera suficiente y hubiera tiempo suficiente para ello. Lo siento, pero no parece realista.

Nuestra tendencia es esperar que no vamos a tener que empujarnos a nosotras mismas de manera dura más allá de lo que nos ha parecido un punto razonable, o a retar nuestras timideces dentro de un cierto nivel. Al parecer vamos a tener que hacerlo. Puede que tengamos que hacer cosas que anteriormente nunca hemos querido hacer, empezando por ponernos de pie decididamente y colocarnos en una posición por la que seguramente nos atacarán. (risas) ¿Suena bien? (Risas) ¿Cuántas personas aquí sienten que han sido atacadas? Sí, la mayoría de nosotras. Y nos preguntamos por qué somos tan tímidas. Como siempre, podemos encontrar dónde fuimos dañadas, donde y en qué momento de nuestra infancia ocurrió esa primera herida,   y desahogar sobre ello para que no sea tan creíble lo que nos está ocurriendo en el presente. Pero no tenemos tiempo para terminar ese trabajo, para acabar de desahogar la angustia, y además siempre funciona mejor desafiar todas esas situaciones en la práctica.

Para que las cosas cambien en una sociedad opresiva, debe haber una fuerza lo suficientemente grande como para provocar ese cambio. La fuerza que tenemos es la oportunidad de reunir la mente de muchas personas. Pero no podemos quedarnos pequeñas y calladas, y decir tímidamente: “creo que sería mejor si...“, y proveer suficiente confianza de manera que la gente se atreva a pensar: "Está bien, lo haré". Para cambiar las cosas es necesario que tú te opongas abiertamente, tú, personalmente. Este momento requiere oponerse abiertamente a las políticas irracionales.

La mayoría de los grandes cambios en la sociedad han surgido desde la desesperación, han ocurrido cuando la gente ha estado dispuesta a arriesgarlo todo en lugar de seguir adelante soportando lo mal que estaban las cosas. Estaría bien que pudiéramos movernos decididamente antes de llegar a ese punto.

Hay grupos que se están moviendo en buenas direcciones, y unirse a ellos sería un paso hacia adelante para la mayoría de nosotras. Pero eso puede que no sea suficiente. El progreso que hemos logrado hasta ahora en recuperar nuestras mentes nos ha permitido participar de una manera más efectiva en viejas formas de lucha, en viejas formas de protesta. Pero ahora, tal vez eso no sea suficiente. Tal vez se necesiten nuevos modelos. Alguien tiene que pensar en esas nuevos modelos. Esto es una cosa.

Y otra cosa es que cuando nos enfrentamos a una situación, no usamos lo que conocemos como co-escuchas. Por ejemplo, estamos acostumbradas a ir en contra de alguien. Eso es fácil de hacer. Podemos fácilmente nombrar a alguien de quien oponernos. (Risas) Pero esta forma de operar malinterpreta la situación y la oscurece. Eso convierte a "alguien" en el problema. Designamos a alguien como nuestro adversario.

Sabemos que a lo que realmente nos oponemos es a los patrones que carga la persona; no la persona misma. ¿Cómo podemos poner en práctica una política que se opone directamente a las decisiones y actuaciones irracionales que alguien está dictando o ejecutando, al mismo tiempo que nos preocupamos y respetamos abiertamente a esa persona? ¿Cómo tratar a las personas como seres humanos mientras tratamos de desmantelar sus políticas? Creo que sabemos cómo hacerlo, sólo que no hemos tenido mucha práctica.

¿Podemos ser totalmente humanos con personas cuyas políticas se interponen directamente en el camino de la sociedad? ¿Podemos rendirnos, no volvernos indecisas, ser firmes, y también entender cómo esas personas se quedaron atrapadas allí y entender que en realidad no son ellas mismas? ¿Cómo podemos estar en desacuerdo abiertamente con ellas, y aún así tratarlas como seres completamente humanos? ¿Qué efecto tendría eso en alguien que se opone directamente a lo que tú piensas? Creo que es posible hacer esto. Y creo que podemos hacerlo cada vez con mayor eficacia a medida que lo intentamos y adquirimos experiencia.

Estamos tratando de llegar a la gente, incluyendo a las personas inmersas en irracionalidades. Realmente no lo hemos intentado. No hemos intentado acercarnos a ellas lo suficiente como para intentarlo. Nos hemos mantenido distantes.

A medida que difundimos el recurso de Co-Escucha, a medida que nos situamos en mejores condiciones, a medida que construimos una base para el cambio a largo plazo, atrevámonos a usar lo que sabemos, basémenos en eso y desempeñemos un papel tan eficaz como sea posible. Creo que podemos imaginar cómo reivindicar y provocar cambios en el comportamiento de la sociedad.

 

Título original del artículo: “Pushing for Change”

Traducción: Elena Mendizabal en Euskal Herria / País Vasco

Revisión: Juanma Feito en Euskal Herria / País Vasco

 

                                                                                                                         

 

 

 

                                                                                                                                             


Last modified: 2019-05-02 14:41:35+00