Gente Salvadoreña construyendo una comunidad, desahogando sobre guerra
Estuve recientemente por una semana en El Salvador y quiero informarles acerca del buen trabajo que se está haciendo en la comunidad de RC allí.
Alguna información de referencia: El Salvador tiene una larga historia de genocidio, opresión y sufrimiento por parte de ambos, el imperialismo español y el imperialismo estadounidense los cuales tienen sus origines en la conquista española en el Siglo XVI. Todos salvadoreños han sido afectados por esta historia y más recientemente por los doce años de guerra civil (1980- 1992), la cual fue peleada entre el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), una coalición de grupos de la izquierda respaldado por Cuba y la Unión Soviética y la dictadura de la derecha respaldado por los Estados Unidos. Mataron aproximadamente 75,000 (de 6.2 millones) personas en la guerra civil. Casi todos los que conocí en El Salvador tienen un familiar muerto en la guerra civil.
Después de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, todas las unidades armadas del FMLN fueron desmovilizadas y su organización llegó a convertirse en un partido político legal. En 2009 el FMLN ganó las elecciones presidenciales con el ex-periodista Mauricio Funes. El imperialismo estadounidense es todavía una fuerza poderosa en El Salvador pero ha tomado nuevas formas.
Este fue el tercer taller que yo lideré en El Salvador. El primero en el 2000 fue una poderosa experiencia de aprendizaje para mí. Tenía que desahogar bastante acerca del sufrimiento causado por el imperialismo estadounidense. Pocos años después del taller de 2000, el líder de la comunidad de RC en El Salvador dejó RC y la comunidad atravesó momentos difíciles. María Lorena Cuéllar Barandiarán1 decidió reconstruir la comunidad. En 2008, y otra vez este año, ella me invitó para liderer un taller allí sobre el tema de sanar las heridas de la guerra civil. Ellie Hidalgo2 y Nelson Simon3 de los Estados Unidos vinieron para hacer la traducción oral junto con Lorena. Sus esfuerzos fueron indispensables para el éxito del taller.
Fueron mas o menos de dieciocho salvadoreños asistiendo el taller (incluyendo cinco adultos jóvenes y seis hombres) y una mujer de Chile. Cada demostración estuvo conectada con la guerra. Enfatizé en la importancia de contar sus historias pero tambien hice demostraciones sobre el liderazgo y lo que significa ser uno joven adulto en El Salvador. La última demostración comenzó con un hombre joven desahogando bastante su vergüenza y terminó hablando y llorando sobre la separación entre él y sus padres debido a las diferencias políticas y cómo sus padres habían sido heridos por la guerra. El sábado en la noche tuvimos una marcha conmemorativa en memoria de Monseñor Romero, un arzobispo católico que denunció enérgicamente las injusticias del régimen militar y que fue asesinado hace treinta años. Cada uno tuvo un tiempo para hablar sobre el significado de Monseñor Romero para él o ella y para honrar la memoria de alguien cercano a él o ella y que murió en la guerra.
Fue muy gratificante ver el crecimiento en la comunidad a través de los dos años—en su entendimiento de la teoría y práctica de RC y en su atención entre sí mientras desahogan sobre la guerra. Pude ver entre la gente un gran cariño y cuidado, y un poderoso compromiso para continuar este trabajo. Además, la comunidad se ha extendido hacia el campo.
La comunidad de RC tiene su sede en una parroquia católica situada en una de las áreas más pobres de San Salvador y que estuvo profundamente comprometida con la guerrilla y sufrió enormemente durante la guerra. Exige mucho esfuerzo construir una comunidad tras una guerra y en condiciones de extrema pobreza, donde todos tienen angustias comunes de las memorias de la guerra civil y las actuales condiciones económicas. Lorena ha hecho un magnífico trabajo en construir y liderer esta comunidad.
El lunes en la tarde, dirigí junto a otros doce co-escuchas, una presentación pública en la parroquia para mas o menos de sesenta personas sobre “Sanar de las heridas de la guerra sin olvidar nuestra historia: una Introducción a Re-evaluación y Co-escucha.” Fue totalmente conmovedor ya que varias personas tuvieron la oportunidad de compartir públicamente sus historias (y todos en mini-sesiones) y desahogar. Para muchas personas esta fue la primera vez que habian contado su historia.
Santa Barbara, California, Estado Unidos
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