Empujando nuestros límites juntas y juntos
Liderando la delegación de Unidos para Eliminar el Racismo en el Foro Social de los Estados Unidos
Veintiuna personas líderes de Co-Escucha acaban de regresar a casa desde el Foro Social de los Estados Unidos después de haber trabajado juntas para traer a las personas activistas progresistas lo que en Co-Escucha comprendemos acerca de los seres humanos: nuestra naturaleza inherente, nuestra vulnerabilidad para guardar las heridas emocionales como patrones de angustia, la relación de los patrones de angustia con la opresión, y nuestra capacidad de recuperación por medio del desahogo de las heridas dejadas por la opresión.
Llegamos a Atlanta, Georgia, EEUU, contentas de tener la oportunidad de trabajar juntas por algo que nos importa mucho a todas. También sentimos miedo e incertidumbre. Toda la angustia que no habíamos desahogado todavía subió a la superficie rápidamente.
La mitad de las personas de nuestra delegación habían participado anteriormente en proyectos de Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo (varias tenían bastante experiencia), y la mitad habían tenido poca o ninguna experiencia. Éramos diversas en edad, raza, y clase. Éramos personas judías y gentiles, hombres y mujeres. Todos nuestros materiales escritos estaban traducidos al español (lo cual fue muy agradecido) igual que nuestras presentaciones. También hicimos un proyecto de escuchar en español.
Yo organicé a la delegación de una manera parecida a cómo había organizado a la delegación de Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo en Durban, Sudáfrica, en 2001. Sin embargo, también pensé en la delegación de una manera diferente en algunos aspectos porque había superado mi propio aislamiento. Estuve en contacto con todas las personas de la delegación antes de llegar a Atlanta (mayormente por medio de llamadas telefónicas) y decidí que uno de mis papeles claves en el foro sería permanecer conectada a las personas de la delegación y mantenernos a todas en buen contacto unas con el otras. Yo quería que hiciéramos un buen trabajo presentando Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo y Co-Escucha pero también quería permanecer conectadas como un grupo unido de personas que se quieren y se apoyan mutuamente, pasara lo que pasara durante la semana.
En nuestros intentos anteriores no habíamos podido permanecer conectadas cuando las cosas se ponían difíciles. Las antiguas cicatrices de la opresión habían parecido reales y presentes. Nos habían confundido tanto que nos habíamos alejado unas de otras, o de personas en un grupo particular, y habíamos luchado para mantener la perspectiva y para desahogar lo suficiente, con bastante rapidez como para permanecer unidas.
Yo sabía que sintiéndonos unidas tendríamos la mejor posibilidad de mostrar completamente quiénes somos como Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo, y de corregir rápidamente cualquier error y hacer las necesarias correcciones de ruta. Pensé qué habíamos hecho suficiente trabajo como para que eso fuera posible, y era cierto. Nos acercamos más y más durante la semana.
Mostramos cada vez más de nosotras mismas. Nos reímos y temblamos y lloramos juntas, una y otra vez, y seguimos haciendo nuestros distintos trabajos aún cuando nos cansamos cada vez más y nuestra atención disminuyó.Todasnosotrasluchamos en contra de las antiguas heridas de sentirnos mal sobre nosotras mismas. Sin embargo, tener a toda la delegación reflejándonos que estábamos haciendo un buen trabajo, que era importante que cada una de nosotras estuviera allí, que queríamos estar juntas, que los errores que cometíamos no contaban en el panorama general, y que lo que nosotras teníamos para ofrecer al foro era esencial, nos dio a todas las personas de la delegación un buen punto de referencia para desahogar la angustia pesada que nos podía hacer dudar de nosotras mismas o que nos podía separar, y logramos recuperar una perspectiva correcta cuando fue necesario.
Los proyectos de escuchar fueron una valiosa parte de lo que hicimos. Cada una de las personas de la delegación participó en varios cada día. Nos esforzamos mucho en contra de fuertes angustias para seguir saliendo y conociendo a otras personas, y para hablar de Co-Escucha y Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo de maneras cada vez más completas. Expusimos cartulinas con preguntas que permitirían a las personas mostrar algunas de sus mayores heridas producidas por la opresión. Nos fuimos haciendo más valientes y flexibles para dirigirnos a las personas y animarlas hablar de sí mismas y a mostrarse. Muchas personas desahogaron abiertamente y acabaron en nuestros talleres, deseando aprender más de lo que estábamos haciendo.
Los proyectos de escuchar fueron mucho mejores que otros que yo había hecho anteriormente. Siempre estaban ubicados un poco distanciados de los folletos e información sobre Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo para que la gente pudiera venir y ser escuchadas sin sentirse presionada para tomar cualquiera de nuestras posiciones. En nuestra mesa de exposición (o mesita en un hotel, o manta de picnic sobre la hierba), la gente podía aprender más sobre nuestra gente, y nosotras pudimos darles más información sobre nuestros talleres. Muchas personas que fueron a los proyectos de escuchar vinieron a nuestros talleres, y llegaron después de haber sido bien escuchadas.
La parte central de lo que hicimos fueron los cuatro talleres de dos horas cada uno. Todo lo que hicimos giró en torno que llegara la gente a estos talleres. Los talleres fueron donde la gente podría escuchar la teoría de Co-Escucha presentada de una manera más completa, y podría conocer a por lo menos dos líderes para que pudieran escuchar perspectivas diferentes y posiblemente hablar con por lo menos una de las personas líderes. Podrían tener mini-sesiones y ver una demostración de Co-Escucha. Podrían ver la unidad y cariño entre las personas de nuestra organización y los efectos producidos por años de desahogo. Cada uno de los talleres fue diferente y fue excelente en cuanto a cómo comunicó algún aspecto de Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo o de la Co-Escucha. Entre 50 y 100 personas asistieron a cada uno.
Después de los primeros dos talleres, hicimos un cambio de planes. Empezamos a hablar más sobre la profundidad con que los seres humanos están dañados por la opresión y cuánto desahogo necesitan para liberarse de ella. Cuando les pedí a las personas delegadas que le dieran a la gente una visión más amplia del proceso de desahogo y reevaluación, les surgieron muchos sentimientos, pero aceptaron la meta, desahogaron mucho, y rápidamente cambiaron su táctica.
Comparado con otros proyectos similares de Unidas y Unidos para Eliminar el Racismo, un mayor porcentaje de nuestros contactos conectaron bien con Co-Escucha. Pienso que eso fue debido a que nosotras hicimos un mejor trabajo en cuanto a tomar contacto con las personas antes de los talleres (mayormente por medio de los proyectos de escuchar y nuestra mesa de exposición, donde por lo menos dos de nuestras personas estuvimos conversando constantemente con la gente), porque nuestros folletos de los talleres comunicaron más ampliamente lo que estábamos haciendo, y porque toda nuestra gente (incluyendo a las personas líderes de los talleres) estábamos en mejores condiciones para comunicar. Al principio de nuestros talleres las personas que estaban allí por primera vez se sentían incómodas con la idea de hablar de sí mismas y desahogar. Sin embargo, a medida que tuvieron una visión más amplia de lo que estábamos haciendo y comenzaron a desahogar un poco en las muchas mini-sesiones propuestas, las personas que anteriormente no estaban muy convencidas por la idea del “trabajo emocional” fueron atraídas por la inteligencia y la aplicabilidad práctica de lo que estábamos ofreciendo.
En los últimos cinco años he estado haciendo mucho trabajo en Co-Escucha para crear unidad, poniendo énfasis en el trabajo para eliminar el clasismo y el racismo. En clases y talleres compuestos de Co-Escuchas con experiencia y de todas las procedencias, he desafiado a las personas para que enfrentasen lo que tenían que enfrentar para realizar la meta de Harvey: “Estamos trabajando para crear una unidad que sobrepasa todas las barreras de clase/raza, para crear un movimiento que incluirá a personas de todas las clases, compuesto por la gran mayoría de la población y dedicado a crear una sociedad racional.” Esto me ha ayudado ver con más claridad cómo sería moverse en bloque como un grupo comprometido- quedándonos unas con las otras, apoyando unas a las otras, y moviéndonos hacia adelante hombro con hombro en contra de cualquier cosa que se nos pueda oponer. Lo que hicimos en el foro fue lo mejor que he podido hacer para realizar la meta de Harvey, y fue uno de los mejores momentos de mi vida. Nosotros nos queríamos, nos respetamos, nos promocionamos, nos apoyamos, nos ayudamos, y nos mostramos unos a otras. Nos desafiamos a nosotras mismas y tomamos responsabilidad individual. Nos divertimos. Trabajamos juntos. Y nunca he sido tan inteligente o tanto “yo misma” como he sido esta semana pasada- rodeada por aquel grupo de personas mientras cada una de nosotras era empujada en la dirección de nuestros límites y a realizar nuestros sueños.
Diane Shisk
Persona Alternativa de Referencia Internacional
de las Comunidades del Proceso de
Reevaluación por la Co-Escucha
Seattle, Washington, EEUU