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Diane Shisk

 

La limpieza de las identificaciones

Harvey Jackins, en el Taller Buck Creek III, en Washington, Estados Unidos, agosto de 1971

Una de las personas más valientes que he conocido fue una mujer vino a verme para una entrevista. Tuvimos una larga conversación y ya no la volvía a ver de nuevo. Había sido prostituta en contra de su deseo. Había inmigrado a la ciudad sola y se metió en el círculo de las únicas personas amistosas que conoció en una taberna. Una vez aceptada por ellas, una de éstas, proxeneta, le puso una navaja en el cuello y le dijo que iba a trabajar para él. No tenía ninguna persona amiga y se prostituyó por pura obligación. Creo que esto tuvo que ver en su posterior fuerza y entereza – por su parte, ella no acordó nunca nada que no fuera salvar su vida.

Luego, ella fue forzada de la misma manera a ser adicta a la heroína. Fue “únete a mí con el pico[1], o te rajo”. Como trabajaba en la casa de prostitución, siguió pensando que no era lo que ella quería, no era su idea, y que se escaparía y saldría de ello. Empezó a chequear a sus clientes y descubrió a uno de un grupo minoritario que estaba muy solo. El suyo era el único contacto de su cliente con mujeres. Ella se hizo amigo de él y le propuso con cuidado que se casaran. Llevó largo tiempo que el hombre venciera sus temores, pero, al final, acordaron que él se casaría con ella y ella seguiría prostituyéndose hasta que él sentiría que podía mantenerla.

Así lo hicieron y acumularon algo de dinero, suficiente como para que ella dejara de prostituirse y tomara la decisión de comenzar a criar una familia. Sin embargo, ella era aún adicta a la heroína. Pero no fue suya la idea de tomar heroína y creo que es por esto por lo que ella pudo terminar con la adicción. Puso la aguja hipodérmica y la botella en el tocador a la vista de todo el mundo. Dijo que se habría estado engañando a sí misma si hubiesen seguido en el cajón. Siguieron atrayéndola durante las siguientes tres semanas cada vez que ella pasaba a su lado, pero dejó de usarlos.

Es cuestión de tomar la decisión, de decidir quién es la persona responsable y manda.

 Present Time No. 147, p. 14
Traducción: Emilen Castro Oteo. País Vasco, junio del 2007.


1 Nota de traducción: “pico” es una forma coloquial de llamar al acto de inyectarse heroína por vía intravenosa.


Last modified: 2019-05-02 14:41:35+00