Equivocaciones y sentir molestia e irritación
De una charla de Tim Jackins en la Pre-Conferencia Mundial en Europa del Este, Hungría, Junio del 2005
Por supuesto que en nuestras Comunidades tenemos dificultades entre nosotras y nosotros. Todavía nos creemos las angustias que nos colgamos mutuamente. Tenemos que trabajar continuamente en ese aspecto de nuestras relaciones.
Siempre que sintamos que alguien nos irrita, es nuestra angustia. No importa lo que alguien haya hecho, ni lo perdida que esté esa persona, no nos sentiríamos así si no fuera por nuestra propia angustia. Una persona que se equivoca no es automáticamente alguien irritante; podría parecer graciosa o sencillamente interesante. Sin embargo, debido a que nos reestimulamos, no es ni gracioso ni interesante –es su culpa. Ellos o ellas, personalmente, han cometido un error que no deberían haber cometido. “Deberían haberlo sabido hacer mejor, y si se lo comento, lo sabrán y ya no volverán a hacerlo de nuevo; aunque lo hayan hecho antes muchas veces.” Seguimos esta política incorrecta una y otra vez. Nos equivocamos. Nos equivocaremos. Incluso, seguiremos repitiendo el mismo error hasta que alguien nos ayude con la angustia subyacente. Si nos percatamos de que alguien se está equivocando, lo que funciona mejor es primero trabajar acerca de nuestra propia reestimulación en una sesión (no con él o ella), y en esa sesión estar tan molesto o molesta con esa persona como nos sintamos; después mirar a las ocasiones del pasado cuando nos sentimos del mismo modo; así, por una parte, desahogaremos acerca de la raíz de nuestra angustia y, por otra, lograremos un poco de perspectiva para ver porqué ese error en particular de esa persona nos perturba tanto. Solo tras hacer esto podemos ser útiles a la persona que cometió el error.
Todos y todas tenemos angustias relativas a errores y equivocarse. Para muchas y muchos, en nuestra infancia nuestros padres y madres se asustaron por causa de nuestras equivocaciones y, en consecuencia, intentaron hacernos daño o atemorizarnos mucho para que así no volviéramos a intentar hacer nada que tuviera que ver con esa cosa; eso nos hizo ser personas asustadas de partes significativas del mundo y con miedo a intentar cosas. También nos ha podido poner a la defensiva con respecto a nuestras equivocaciones -así que aunque sepamos que nos hemos equivocado, no escucharemos a nadie que hable sobre ello. Son estas las cosas sobre las que necesitamos desahogar antes de poder ofrecernos ayuda con nuestros errores.
No ayuda a nadie tener a una persona que está molesta con ella. Eso siempre añade otra capa más de reestimulación y confusión. A veces, nuestros padres y madres nos decían: “Yo hago esto porque me importas. Te estoy haciendo daño porque te quiero.” Eso aumentaba nuestra confusión. La gente necesita ver que nos preocupamos por sus dificultades, pero sin que se mezcle nuestra molestia y disgusto. Debido a que todos y todas cargamos con una actitud tan a la defensiva, puede resultarnos complicado. Tenemos que trabajar acerca de las veces que nos criticaron, para así no criticar a otras personas.
Estaría muy bien que decidieras divertirte con las equivocaciones de otras personas. Podrías ir con una gran sonrisa en tu cara y decir: “Esto es el desastre mayor y más bello que he visto en muchos años. ¿Cómo pudiste hacer eso? Me gustaría poder hacerlo a mí también.” No se confundirían por lo que estás diciendo y, probablemente, no les reestimularías de la manera habitual. Puedes encontrar una forma de llegar a la gente, de verdadera comunicación, a pesar de la posibilidad de que surja reestimulación.
Ésta es una lucha que sucede continuamente en nuestra vida, donde quiera que estés, incluido en nuestras Comunidades. De algún modo, los y las co-escuchas tenemos tanta esperanza en las y los demás co-escuchas que nos reestimulamos por cosas muy pequeñas. Asuntos a los que no les prestaríamos atención si ocurrieran fuera de Co-Escucha, nos disgustan y molestan cuando suceden en nuestra Comunidad de Co-Escucha. Está bien darse cuenta del material1 que nos hace reestimularnos, pero no debemos creérnoslo.
Cada reestimulación nos ofrece una oportunidad. Las cosas sobre las que no sabíamos cómo trabajar en nuestras sesiones, de repente se abren ante nosotros y nosotras. Necesitamos hacer una sesión en ese momento y trabajar sobre la reestimulación cuando la sentimos tan viva. Se nos hará mucho más difícil desahogar sobre ello si lo guardamos y una semana más tarde tratamos de encontrarlo.
"Mistakes and Irritations," Present Time No. 147, p. 13
Traducción: Juan Manuel Feito, País Vasco, junio del 2007.
1 Material significa angustia