Reclutar a gente para las clases de Co-Escucha
De una charla de Harvey Jackins en Buck Creek III, Washington, EU, agosto de 1971.
No estamos buscando personas en crisis. Hay un montón de ellas y, por lástima, dediqué una gran parte de mis primeros cinco años a arrastrar a gente fuera de la calle o a trabajar con parientes enfermos de personas que yo conocía, porque ellas eran quienes lo necesitaban. Eso no funcionó. Tenemos que empezar con quienes, al prestarles un poco de ayuda, puedan rápidamente contribuir a este proyecto.
Cuando enseñas una clase de iniciación (clases básicas), está bien que en ella tengas a una o dos personas profundamente angustiadas, porque de esa manera la clase podrá aprender de ellas y, en especial, podrá darse cuenta de que ellos y ellas son iguales que esas personas. Si has ido alguna vez a un hospital psiquiátrico teniendo conocimiento de Co-Escucha y de sus técnicas, te das cuenta de que estas personas son tus hermanos y hermanas de sangre en todo el sentido de la palabra. Pero debes filtrar y mantener a raya los diferentes tipos de patrones que podrían perturbar el desarrollo de la clase: ese patrón de “menospreciar a todo el mundo”, que es tan fuerte que se muestra todo el tiempo (tras su representación, no puedes limpiar lo suficientemente rápido como para que la clase siga funcionando); ese patrón de “toda la atención tiene que estar puesta en mí”, porque esto deteriora demasiado la comunicación. Necesitas mantener a raya esos patrones, para tener una clase que pueda funcionar.
En general, tenemos que llegar a aquellas personas claras y capaces. Muchos y muchas estamos aquí debido a patrones de compasión —queremos aprender cómo ayudar a la gente pobre y oprimida y deprimida. Yo he aprendido de la manera difícil. Me he sentado y llorado durante horas por verme como un hijo-de-p, porque no había tomado como participante a esa persona que no tenía dinero, o que había incendiado algún lugar, o había robado las carteras de otras y otros participantes, y cosas de este tipo. Sentía que me estaba convirtiendo en un potentado, en una persona de la clase dirigente, y lloré horas y horas, pues deseaba escapar de eso.
Mucha gente se vendrá abajo (dejará de funcionar racionalmente) antes de que nosotros y nosotras lleguemos a ellas. Y no hay manera de evitarlo. No tenemos más obligación con la persona que vemos que con esas doce de la esquina a quienes no nos molestamos en mirar. Tenemos que contactar con la gente despierta y aguda y, una vez hecho, sin demora, comenzar a organizar maneras viables de llegar al resto. Nunca perderemos nuestro interés racional por nadie.
Traducido por Juan Manuel Feito y Emilen Castro (País Vasco, 2006)
"Screening for RC Classes," Present Time No. 145 Harvey Jackins, page 77