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Diane Shisk

 

Acabar con la guerra

Reimpreso de un comunicado escrito por Tim Jackins para el Foro Mundial por la Paz en Vancouver, 23-28 junio del 2006 en British Columbia, Canadá.

SERES HUMANOS Y GUERRA

La historia de las sociedades humanas está repleta de guerras. Grupos humanos han luchado y se han matado mutuamente durante muchos miles de años –a nivel de familia, tribu y país. La historia humana, a su vez, también está repleta de incontables nuevos entendimientos y descubrimientos, de gran consideración y cooperación, además de una mejora general de las vidas. Pensamos que la mente humana responsable de esta segunda lista es capaz de dar los pasos para acabar con la guerra.

La mente humana es capaz de crear un sin fin de nuevas y prácticas soluciones a cualquier problema -incluyendo los problemas de larga duración. Todo ser humano tiene una mente así. Este maravilloso funcionamiento de la mente humana puede ser interferido por dificultades y angustias, físicas o emocionales, lo que puede interrumpir su habilidad para crear nuevas y buenas soluciones y convertirla, en cambio, en patrones rígidos, reactivos e ilógicos de conducta. Creemos que esta respuesta al mundo en medio de la angustia es la que ha causado y perpetuado este comportamiento inconsciente, irracional y no cooperativo que vemos en la gente (nosotras y nosotros inclusive). Pensamos que es también el origen del comportamiento opresivo y destructivo que se manifiesta en una gran cantidad de personas, incluyendo el comportamiento entre naciones.

En el mundo hoy en día tenemos una guerra continúa e incesante, además de otras formas de explotación y opresión, cuyo claro resultado es la creciente y continua  desigualdad de recursos entre los seres humanos. Se pelean guerras y se explota a la gente cuando hay un beneficio material a conseguir, bien sea éste tierra, petróleo o mano de obra barata. Una vez que la explotación y la opresión se han convertido en parte de una sociedad, todas las niñas y los niños que nazcan en esa sociedad estarán sujetos al menos a parte de las mismas. Todas y todos se “contagian” y, a medida que se van convirtiendo en personas adultas y por el resto de sus vidas, tienden a comportarse según los roles irracionales impuestos sobre ellos y ellas.

Las formas concretas en las que se oprime y explota a una niña o un niño dependen de su nacionalidad, clase económica, género,”raza” y otros factores, pero todas y todos son contagiados y dañados, tanto si ella o él acaba siendo víctima de la opresión o es entrenada/o para convertirse en agente de la opresión. Sufrimos y toleramos el menosprecio y el maltrato, y se nos condiciona a tratar a otras personas así, justificándolos en muchos pretextos falsos e irracionales. A nadie se le da la oportunidad de elegir en esta área.

No hay escapatoria de este daño causado por la opresión y no hay papeles buenos a jugar dentro de la misma; todo el mundo pierde el acceso a una parte de su humanidad. Muchas y muchos hemos entendido las injusticias del mundo actual y hemos elegido luchar en contra de ellas, pero esto no quiere decir que no hayamos sido contagiadas. Simplemente significa que también parte del tiempo debemos luchar contra nosotras y nosotros, a menudo en silencio y  condenándonos mientras lo hacemos.

No pensamos que la situación deba seguir así. De hecho, no pensamos que ninguna mente deba continuar cargando con la responsabilidad y confundida por los daños que le han sido impuestos por las irracionalidades de la sociedad o de cualquier otra fuente.

INTELIGENCIA HUMANA

Nuestra visión de los seres humanos es que, por naturaleza, cada una y uno poseemos enormes inteligencia, creatividad, interés por los otros seres humanos y gozo por vivir, y no tenemos ningún conflicto inherente o irresoluble con nadie más. Éstas son las características que han permitido al ser humano crecer bien y expandirse a lo largo de la Tierra.

VULNERABILIDAD HUMANA Y SUS EFECTOS EN EL MUNDO

La inteligencia humana también tiene una debilidad: cuando nos encontramos con un incidente de angustia física o emocional, su habilidad de pensar tiende a ser interrumpida por el incidente y reemplazada por una reacción no lógica ni pensada ante éste. Por ejemplo, cuando algo nos asusta, tendemos a reaccionar ciegamente, bloquearnos o escapar, en vez de ser capaces de pensar cuál sería la mejor manera de responder a la situación. 

Desde los primeros días de nuestra infancia, los incidentes de angustia ocurrieron de miles de maneras y continúan desempeñando un papel muy importante en la manera en como vemos el mundo y le damos respuesta. Por ejemplo, una vez que nos asustemos por un incidente con gente desconocida, tendemos a seguir asustadas y asustados por la gente desconocida. Una vez que se nos daña al dejársenos solas y solos en la infancia, tendemos a continuar teniendo sentimientos de soledad y aislamiento como personas adultas.

Si durante la infancia nosotros y nosotras vemos a otras personas actuando de manera racista, sexista, clasista o con otros prejuicios, podemos acarrear sentimientos de miedo o confusión y tener dificultad para pensar claramente sobre estas opresiones por el resto de nuestras vidas. Las angustias quedan “grabadas” en nuestras mentes. En cualquier momento en el que pasa algo suficientemente parecido a la manera en la que se nos hizo daño, empezamos a sentirnos justo de la misma manera en la que nos sentimos durante el incidente más temprano, incluso aunque la situación actual sea muy diferente de la original. Somos incapaces de pensar de manera nueva e inteligente sobre el presente y, por el contrario, actuamos como hicimos en el pasado.

En esta fase del desarrollo de las sociedades humanas, la mayor parte de nuestras angustias son creadas por las personas que nos rodean, muy a menudo inconscientemente. Debido a que hemos nacido en sociedades en las cuales la gente está actuando el racismo, sexismo, nacionalismo y otras opresiones, se nos trata de estas maneras opresivas y las vemos a nuestro alrededor, lo que nos deja con grabaciones de angustia que nos hacen difícil pensar y actuar inteligentemente en lo que respecta a dichas opresiones. En sociedades basadas en animar a la gente a sobrevivir mediante la acumulación de riqueza material, todo el mundo es dañado por la escasez y la codicia.

Una vez que estas grabaciones de experiencias angustiosas son instaladas en un grupo de personas, se les puede hacer recordar la angustia (pueden ser “restimuladas”), lo cual interrumpe su habilidad para pensar claramente. Una vez que tengan angustias sobre otra nacionalidad o sobre cualquier otra agrupación, es posible restimular sus miedos y así interferir con su pensamiento y hacer posible el logro de su apoyo hacia comportamientos irracionales, como los disturbios contra inmigrantes o la guerra.

Vemos como esto ocurre a lo largo de todo el mundo en estos momentos, pero, por otra característica de la mente humana, no pensamos que la situación sea irresoluble.

UN  CAMINO PARA SALIR DE LA IRRACIONALIDAD

Creemos que la mente humana tiene a su vez un proceso innato para curarse ella misma de los efectos de la angustia. Lo llamamos el proceso de desahogo. Si se le permite funcionar plenamente, sin interrupción, la mente puede recuperar su completa habilidad para pensar en el área en la que el daño ocurrió. Después, incluso en situaciones similares a las primeras situaciones angustiosas, la mente no se confunde ni es llevada hacia el miedo u otros sentimientos de malestar. Cuando la gente ha tenido la posibilidad de usar bien este proceso, son capaces de pensar sobre los retos más complejos que afrontan sin toparse con sentimientos de daños anteriores.

Cuando nuestras angustias son causadas por la opresión, los sentimientos grabados nos pueden dejar pensando que otras personas no son como nosotras y nosotros o que son nuestras adversarias, haciéndonos difícil la comunicación inteligente y el pensar conjuntamente, ambos requeridos para encontrar soluciones. Libre de confusiones, la gente tiene la habilidad y el deseo de trabajar cooperativamente para resolver, de maneras que beneficien a todo el mundo, cualquier problema que enfrente.

Algunos aspectos del proceso de curación del desahogo te son familiares. Son signos externos del mismo el llanto, temblar de miedo, reír de vergüenza y estallar de frustración. Éstas son indicaciones fiables de que el proceso está funcionando en la mente de la persona, liberándola gradualmente de la confusión instalada por un incidente de angustia. Tú has usado este proceso. Todos y todas nacimos con la intención de usarlo. Sin embargo, solo puede funcionar total y completamente con la atención consciente y el apoyo que otro ser humano brinde. Sin este apoyo, los seres humanos abandonan gradualmente su puesta en marcha. Incluso pocas y pocos tenemos ocasión de sentir por completo la pena dejada por la pérdida de quien quisimos, porque nadie es capaz de permanecer y escucharnos conscientemente tanto como necesitamos

Permitir que funcione el proceso de desahogo y organizarnos para que se le permita ocurrir son maneras importantes de comenzar a interrumpir las irracionalidades que llevan a la opresión y la guerra. Nuestra experiencia es que todas las grabaciones de angustia pueden eliminarse –no importa el tiempo que las haya tenido una persona, lo confusas que sean esas imágenes del pasado o lo duro que trabaje una sociedad para mantener a la gente restimulada, confusa y asustada.

Nuestra experiencia constante ha sido que, cuando la gente usa el proceso de desahogo, elimina creencias y respuestas reactivas y rígidas de sus mentes. Nuestra creencia es que solo cuando se les permita a los individuos hacer esto tendremos la posibilidad real de cambiar las rigideces y las políticas anti-humanas que se han convertido en parte de nuestras sociedades.

BENEFICIOS

Usar el proceso de desahogo hace que ocurran varias cosas:

•Libera a la persona de las confusiones causadas por el modo en que se le hizo daño y  oprimió.

•Permite a la persona comprender la realidad del presente como una nueva circunstancia que requiere nuevos pensamientos y soluciones, diferenciándola así de los modos en que se le hizo daño en el pasado.

•Facilita la comunicación y cooperación entre personas que están buscando soluciones para los problemas e irracionalidades del presente.

•Ayuda a la gente a reconocer cuándo está siendo restimulada y a decidir no seguir la influencia de los sentimientos de tal restimulación.

•Ayuda a la gente a reconocer las personas, los grupos, las instituciones y las partes de la sociedad cuya función es restimular a la gente para que adopte posturas reaccionarias.

•Ayuda a la gente a darse cuenta de su poder y capacidad de trabajar juntos para interrumpir las irracionalidades y la opresión en las instituciones de sus sociedades.

•Elimina las angustias que mantienen a la gente sintiéndose separada y distinta, de manera que puedan reconocer sus intereses comunes y encontrar soluciones que beneficien a todas y todos.

PONER ESTO EN PRÁCTICA

Poner esto en práctica no es complicado, pero no siempre lo sentimos fácil. Nosotras y nosotros, los seres humanos, llevamos muchos, muchos, sentimientos dejados por daños pasados, de los cuales la mayoría los hemos tenido que poner muy lejos. Cuando los volvemos a sentir, podemos olvidar que permitírsenos sentirlos con el apoyo de alguien terminará por resolverlos.

CÓMO PUEDES EMPEZAR

Para empezar a usar el proceso de desahogo y descubrir si puede funcionar bien para ti, sólo necesitas otra persona que desee turnarse contigo para escucharos mutuamente. La escucha es para el beneficio de la persona participante o hablante, no es para quien escucha, y debe hacerse de un modo que quizá sea bastante distinto al modo en que tú escuchas a la gente normalmente.

Llamamos a esas dos personas co-escuchas. La persona que escucha (la escucha) intenta mostrar interés y apoyo a quien habla (participante o hablante), sin ofrecer sus opiniones o consejos. La tarea de la escucha es encontrar maneras de animar a la participante a hablar de lo que ésta quiera hablar –no juzgar o analizar lo que diga, ni hacer preguntas que satisfagan la propia curiosidad de quien escucha.

Cada persona de esta pareja tendrá la mitad del tiempo para hablar de sus pensamientos y recuerdos y pasará la otra mitad como escucha. La relación debe ser completamente igualitaria.

Se han desarrollado muchas maneras para ayudar a funcionar este proceso, las cuales pueden encontrarse en otra literatura de Co-Escucha que puede solicitarse a la editora Rational Island (mira la nota a pie de página con la página web, dirección, etc.) Algo importante que necesitamos comprender desde el principio es que el contenido de lo que una persona participante diga es confidencial y así debe mantenerse. Lo que se dice a la persona escucha en esos momentos (en las sesiones) debe mantenerlo para sí; ésta no debe hablarlo con nadie más. Sólo con este acuerdo de confidencialidad se sentirán ambas personas lo suficientemente seguras como para hablar de algunas de las cosas que son importantes en sus vidas.

Para que este proceso funcione bien, no es necesario que las dos personas tengan las mismas ni tan siquiera similares ideas o perspectivas. Sí deben escucharse mutuamente con atención y respeto, en vez de dejarse llevar por las ganas de discutir o argumentar. Nuestra constante experiencia ha sido que, cuando la gente tiene la oportunidad de usar completamente este proceso, tienden a superar la rigidez en su forma de pensar, a tener una perspectiva más amplia, a acercarse a acuerdos sobre temas diversos que les conciernen y a ser capaces de encontrar perspectivas y propuestas que no entran en conflicto para así avanzar en cualquier tema.

Los primeros beneficios por el uso del proceso de desahogo tienen lugar rápidamente. Puedes notarlos ya tras la primera o segunda sesión. Éstos continúan mientras sigues aplicando el proceso a todas las dificultades y angustias que hayas encontrado en tu vida. Debido a que, durante muchos, muchos años, nos han pasado muchas cosas a todas y todos y no hemos tenido la oportunidad de permitir que el proceso de curación funcionara, tendrás una larga colección de cosas sobre las que hablar, sentir pena y llorar. Volverás a visitar viejos miedos e incluso a temblar, y recordarás viejas vergüenzas y reirás y sudarás, mientras te recuperas de las dificultades acumuladas desde esos primeros sucesos.

UNA PERSPECTIVA GENERAL SOBRE TERMINAR CON LAS GUERRAS

Pensamos que todas las guerras, todas sus raíces, son causadas por las experiencias dolorosas acumuladas, las cuales confunden a la gente de manera que justifican la explotación de otros seres humanos y creen que la violencia es necesaria y legítima cuando la coacción económica y su explotación fracasan.

Si bien la explotación de un grupo de humanos por otro pudo en el pasado haber proporcionado el tiempo y los recursos para que algunas personas comprendieran mejor el mundo y, por tanto, llevaran a nuestra especie hacia el progreso, ahora tenemos suficientes conocimientos y recursos, de manera que la “utilidad” o “necesidad” de explotar hace tiempo que terminó. Ninguna persona debería ser oprimida o explotada y ninguna justificación de la opresión o la explotación es legítima.

Nuestra experiencia ha sido la de que cuando la gente desahoga acerca de los modos en que ha sido confundida y dañada, en especial por las opresiones de nuestra sociedad, se vuelve más interesada y activa que nunca en la búsqueda de maneras para hacer avanzar a la sociedad en el objetivo de terminar con la explotación, la opresión y la guerra. Un cada vez mayor grupo de personas de muchos países son parte, en la actualidad, de este trabajo dentro de Unidas y Unidos para Terminar con el Racismo, un programa de las Comunidades de Co-Escucha.

Creemos que el proceso de recuperación descrito aquí es importante y te invitamos a tomar lo que hemos aprendido y usarlo en tu trabajo por un futuro en paz. Nuestro conocimiento no reemplazará el tuyo o el trabajo que has elegido hacer. Te ayudará a no “quemarte” por los retos del mismo y a pensar de manera más fácil, clara y amplia sobre el mismo, así como a ayudarte con la comunicación y cooperación que son vitales para hacer que el trabajo avance con rapidez.

Para acabar con las guerras, todas y todos, como individuos, debemos avanzar; llegar a una más amplia gama y un mayor número de gente; construir nuestras ideas y acuerdos colectivos; y decidir hacer del mundo algo distinto a lo que ha sido hasta ahora.

Tenemos la plena confianza de que esto puede ser hecho y se hará, y os ofrecemos nuestro apoyo y el conocimiento que hemos conseguido para vuestro trabajo.

Present Time 144, p. 55
Traducción: Sonia Niño y Emilen Castro (País Vasco, 2006)


Last modified: 2022-12-25 10:17:04+00