Mi familia y el Proceso de Reevaluación
En julio del 2005 asistí a mi decimoprimer taller de RC[1] sobre Liberación Negra y Desarrollo Comunitario (LNDC)[2]. Asistí a ese taller con seis personas de mi familia. ¡Qué momento tan feliz cuando caminamos juntas hacia la mesa de registro!– yo estaba con tres de mis hermanas y tres de mis sobrinas adolescentes-, estábamos un poco cansadas del viaje, pero con expectativas sobre lo que estaba por venir. Barbara Love[3] vino corriendo a darnos una calida bienvenida. A mis familiares les gustó mucho la bienvenida, la conexión con la gente, la teoría, las sesiones y quedaron con ganas de más. Para mí, todo esto fue un sueño hecho realidad.
Siempre he querido que mi familia tenga suficiente información sobre el Proceso de Reevaluación para que puedan decidir si quieren usarlo en sus vidas. Durante los trece años en los que he sido co-escucha, mi familia ha estado enterada sobre mi asistencia a los talleres. Han aprendido algo de teoría y saben que yo estoy comprometida con el proceso. Les conté cuan útil es para mí, con la esperanza de que se interesaran lo suficiente como para querer aprender más. Hace poco invité a algunas de ellas a LNDC porque no hay comunidades organizadas de Co-Escucha en ciertas ciudades en donde viven y yo sabía la experiencia tan poderosa que significa asistir a un LNDC.
Más o menos hace un año y medio empecé a fijar mi atención en porqué mi familia no estaba, como yo, usando el Proceso de Reevaluación y a pensar acerca de lo que yo podía hacer para cambiar eso. Adoro la Co-Escucha, me he beneficiado mucho usándola y estoy totalmente comprometida con ella. Amo a mi familia y estoy totalmente comprometida con ella. Se estaba volviendo más y más difícil ver a mis familiares luchar cuando yo sabía que había una herramienta que podía ayudar a que sus vidas mejoraran. Quise que ellos y ellas escucharan la teoría claramente, que ensayaran y que decidieran si la usarían. Empecé a sentir que, para poder avanzar, yo tenía que retroceder y mirar qué era lo que necesitaba desahogar para poderle dar a mi familia la imagen del Proceso de Reevaluación que yo quería que tuvieran.
En el LNDC para líderes Wygelianos en 2004 yo organicé un grupo llamado “Traer Nuestras Familias a RC”. Laurenti Wright y Robert Young asistieron y los tres compartimos ideas y nos dedicamos a pensar sobre nuestras familias. Lideré otro grupo de con un título parecido en la Conferencia Pre-Mudial de USA (Costa Occidental). Un resumen de lo que se trató en el grupo se publicó en Present Time, en la edición de abril de 2005. Para entonces yo ya me había decidido a ir a Georgia (USA), dar una charla introductoria para mi familia y después liderar una clase mensual para aquellos de mis parientes que quisieran asistir.
Tim[4] me había propuesto que liderara un taller para mi familia, que invitara a un par de co-escuchas que estuvieran interesados/as en hacer lo mismo y después devolverles el favor asistiendo a los talleres que ellos y ellas organizaran para sus familias. Decidí preguntarles a mis familiares si estaban interesados/as, lo cual significaba que yo debía dar una explicación detallada sobre el Proceso de Reevaluación para que pudieran entender el propósito del taller y qué era lo que yo quería lograr. Esto significaba decirles claramente de qué se trata la Co-Escucha. Yo estaba un poco preocupada y asustada. Sentía que iba a quedar en una posición vulnerable, que iba a quedar al descubierto. Fue muy bueno tener que observar de manera clara y global todas las preocupaciones que surgieron. Yo misma me sorprendí al ver cuan grandes eran mis sentimientos de vulnerabilidad y de quedar al descubierto. Estos sentimientos eran pistas de cosas sobre las que necesitaba desahogar.
Yo ya les había dado información a mis familiares a quienes les había parecido muy interesante, pero hasta ahí habíamos llegado. Yo quería darles una imagen lo más clara posible de lo que es la Co-Escucha y quería que ellos la intentaran. Planeé estar en Hazlehurst, mi ciudad natal en Georgia, casi todos los meses durante ese año. (Cuando yo voy, casi siempre nos reunimos con tres de mis cuatro hermanas y sus familias que viven en Lawrenceville, Savanna y Hazlehurst). Yo tenía la esperanza de dar una charla introductoria en febrero y luego dar una clase mensual durante algunos meses.
Nunca logré encontrar el momento para que nos reuniéramos varios/as de nosotros por un par de horas y poder dar la charla introductoria. Se presentaron muchos inconvenientes reales -entre ellos enfermedades, un pie roto u horarios laborales. Cuando me di cuenta de que la charla introductoria no se iba a llevar a cabo tal y como yo la había planeado, decidí empezar con quienes estuvieran y hacer uso del tiempo que hubiera. Un día después de la cena les pregunté a las cinco personas presentes, incluyendo a mi madre, si querían tener una mini sesión. Algunos/as sabían lo que era una mini sesión, sin embargo les recordé como intercambiar tiempo para ser escuchados y también hablé sobre la confidencialidad. Después empecé a tomar el tiempo con el cronómetro. Cuando era necesario, paraba para dar alguna breve información. Todos hicieron un buen uso de su tiempo.
Después de eso tuvimos mini sesiones con frecuencia cada vez que yo iba a Georgia. Yo también buscaba momentos para compartir con ellos y ellas información sobre el Proceso de Reevaluación. Una de mis hermanas estaba hablando sobre alguien que tenía muchos problemas y dijo que la gente no puede pensar bien cuando tiene tanto en su mente. Yo aproveché el comentario de mi hermana para compartir un poco de teoría de del Proceso de Reevaluación. Alguien se refirió a otra persona que “hablaba demasiado” y yo usé la oportunidad para compartir sobre nuestra necesidad de ser escuchados/as entre otras.
Una de las cosas más efectivas que hice fue hacerle saber a mi familia lo importante que es el Proceso para mí y compartir con ellos y ellas cosas especificas que han cambiado desde que empecé a ser co-escucha. Para ellos/as fue difícil creer que antes yo me sentía muy mal cuando tenía que decir las cosas que pensaba, escribirlas y ser el centro de atención. Ellos siempre me habían visto como la persona que hacía todo esto sin esfuerzo alguno. Les pareció interesante que fuera posible decidir actuar a pesar de nuestros sentimientos en vez de dejar que nuestros sentimientos tomen decisiones por nosotros/as.
Otra estrategia efectiva fue darles una imagen de lo que ellos/as pueden lograr. Una vez cuando surgió el tema del Proceso de Reevaluación, le dije a una de mis hermanas: “Tú podrías enseñar esto como yo”. Ella dijo: “¿Qué? ¡No, yo no podría!” Sin embargo yo noté un cambio en ella. Me empezó a hacer mas preguntas sobre la Co-Escucha y me escribió un e-mail proponiéndome tener una mini sesión por teléfono. Hice esto con mis otras hermanas y pasó lo mismo. Ellas empezaron a interesarse más activamente en la posibilidad de usar el Proceso en sus vidas. Tim dice que nuestras mentes necesitan saber que existen posibilidades y yo pude ver un ejemplo concreto desarrollarse ante mí. Me acordé de cuando me fue propuesta la posibilidad de enseñar co-escucha, antes de poder siquiera imaginar hacerlo, la sola posibilidad me dio ímpetu para seguir.
Seguí buscando varias maneras para transmitirle a mi familia la diferencia que hace la co-escucha en la vida de la gente y cuanto quería yo que tuvieran la oportunidad de saber sobre el proceso y ensayarlo.
El Taller sobre Liberación Negra y Desarrollo Comunitario se aproximaba. Mi familia iba a poder tener la oportunidad de recibir clases de Fundamentos durante un lapso de cuatro días. Ya los había invitado antes, pero esta vez la respuesta era algo más un “Tal vez pueda ir”. Ellos/as estaban viendo la posibilidad de usar el Proceso en sus vidas.
Lloré cuando hice la última reservación aérea y ya era seguro que siete de nosotras iríamos. He llorado desde que volví, porque oír la emoción en las voces de mis parientes es un tesoro invaluable. Mis hermanas están muy entusiasmadas con la Co-Escucha, han podido notar la utilidad que tiene para ellas y cuánto les gusta, extrañan a la gente del LNDC, extrañan a Rachel Noble[5], su profesora de Fundamentos, extrañan a Barbara Love, extrañan las mini sesiones y están deseosas de aprender más. Hablan sobre empezar el Proceso de Reevaluación en lugares en los que aún no hay comunidad construida y además hablan de la Co-Escucha con parientes y amigos/as.
Todas regresamos en el mismo vuelo hasta Atlanta, Georgia, y luego no queríamos separarnos. Nos quedamos juntas tanto como pudimos, recordando partes que nos habían gustado del taller. Nos tomamos fotos. El aeropuerto era un torbellino a nuestro alrededor, pero yo solo tenía ojos para mi familia. Nos sentíamos tan cerca, no queríamos que se terminara y sabíamos que era solo el principio de momentos invaluables.
Les pregunté a mis familiares qué fue lo que hizo que asistieran al taller y algunas de ellas hicieron referencia a mi “insistencia”. A ellas les quedó muy claro que yo quería que supieran sobre el Proceso de Reevaluación. (Fui insistente porque yo quería que todas nuestras vidas se beneficiaran.) Estas fueron algunas de las cosas que dijeron: “Tú fuiste insistente. Tú te veías emocionada con esto. Yo quería ver qué era lo que te tenía tan emocionada. Tú te sentías tan segura de eso que yo quería saber qué era esa cosa tan buena. Yo quería ver qué era lo que te hacía sonreír de esa manera. Después de haber tenido algunas sesiones contigo me dieron ganas de saber más. Ya me había enterado de algunas cositas que fueron como “el cebo que me pescó”. Quería saber más fundamentos. Te miraba y si eso te hacía sonreír, te hacia sentir así de bien, te hacía manejar las cosas tan bien aún cuando eran difíciles, entonces yo también lo quería.”
¿Qué hice? A veces no estoy segura. Lo que sí sé es que amo a mi familia lo suficiente como para hacer lo que sea para hacerles saber cuánto quiero que tengan la co-escucha en sus vidas. Esto significó que yo desahogara sobre cuánto quería que mi familia utilizara el Proceso de Reevaluación; fue mi desahogo lo que hizo posible que yo siguiera pensando de manera inteligente con respecto a ellos/as y persistiera. Les di la posibilidad. Yo estaba emocionada con lo que hago – y no es que me haya empezado a sentir así en el último año. Siempre he estado emocionada con la Co-Escucha. Siempre he sentido que es una dicha enfrentar alguna herida y superarla. Veo que este proceso es enormemente esperanzador y he vivido lo que siento. Los/las co-escuchas nos movemos desde lugares de esperanza y es precisamente eso lo que otra gente ve en nosotros/as. Escucho a mis parientes hablar de lo bueno que es desahogar el dolor que han represado. Me veo yo misma en su emoción cuando llegan a las raíces de algo, cuando logran encontrar un camino fuera del sufrimiento.
No sentí que nada de esto fuera “difícil”. No es difícil amar la Co-Escucha y a mi familia. Lo que es duro es que mi familia no sepa del Proceso y que yo vea sus vidas limitadas sin él. Fue muy útil animarme a pensar de manera más inteligente sobre ellos/as y sobre el Proceso de Reevaluación.
Tuve que trabajar en áreas específicas para preparar a mi familia para el taller. Tuve una mini sesión con cada una de las que fueron y las puse a desahogar sus sentimientos acerca de ir- ya fuera con respecto a volar hasta allá, a que iba a haber mucha gente, al ser escuchadas, a tomarse de la mano, abrazarse, o a la cercanía en general. Volví a hablar sobre teoría del Proceso, les di información sobre el taller y durante mis sesiones con otra gente desahogué mis preocupaciones sobre si mi familia iba a volver del LNDC queriendo seguir con la Co-Escucha.
Me puse en contacto con la comunidad más cercana en Georgia, también me mantuve en contacto con Cornelia Cho, la Persona de Referencia para el Área de Atlanta, Georgia, y con otros/as co-escuchas en Georgia, quienes estuvieron al tanto de mis esfuerzos.
Después del LNDC, algunas de las que fueron conmigo leyeron inmediatamente y de principio a fin Present Time y otras publicaciones que compraron. Algunas han leído el Manual de Fundamentos por segunda vez, se han llamado para tener mini sesiones y han hablado con otros parientes y amigos/as sobre su maravillosa experiencia. Algunos de sus amigos/as están preguntando cómo pueden aprender.
Me he mantenido en contacto directo con mis familiares que fueron al LNDC. Esta sociedad opresora tiene su forma de cerrarse y hacernos olvidar. Hablo con una o dos de ellas diariamente, he tenido sesiones con ellas y las he animado a que tengan sesiones entre ellas y con gente con la que se relacionaron durante el taller.
Lo que me alegra enormemente es que más personas en mi familia tienen la oportunidad de lograr que sus vidas sean como quieren que sean. Pueden pensar en términos de esperanza y posibilidad.
Marion Ouphouet
Seattle, Washington
1] RC son las iniciales de Re-evaluation Counseling, forma en que se conoce el Proceso de Reevaluación en inglés.
[2] Traducción al español de Black Liberation and Community Development (BLCD)
[3]Barbara Love es la Persona de Referencia para Gente de Ascendencia Africana y la líder del Taller de Liberación Negra y Desarrollo Comunitario
[4] Tim Jackins
[5] Rachel Noble es la Persona de Referencia para Oregon, USA y la que enseñó la Clase de Fundamentales en el LNDC.