De regreso a casa
De una charla de Harvey Jackins, durante el Taller Liberación VI, Octubre 1978
Aparentemente no hay nada en el universo que sea lo suficientemente complejo para realmente satisfacer, desafiar y engrandecer una mente humana, con excepción de otra mente humana. Y yo sospecho que esto es lo que llamamos amor. Solo otra mente humana puede emparejarse con la nuestra, y de este juego es de lo que realmente se trata el vivir. No son los automóviles veloces o el whisky escocés añejo o las comidas deliciosas. No es una adicción a quedarnos sin oxigeno lo que nos hace correr veinte millas cada mañana, o nuestro desayuno cuidadosamente escogido de cereales cultivados orgánicamente, yo sospecho que de lo que el vivir se trata, es tan solo exactamente el engranaje de las inteligencias humanas. Tu sabes que es lo que estoy tratando de decir—que somos uno. Somos realmente uno.
Algunos de ustedes han estado conmigo en talleres en donde ha ocurrido el fenómeno al cual le he llamado “de regreso a casa”. Alguien que ha estado trabajado conmigo, ha desahogado fuertemente y yo lo estoy sosteniendo de manera muy cercana, porque la cercanía fue esencial para el desahogo. Ese trabajo en particular se realizó, pero ellos no quieren detenerse. Se acercan más, yo los abrazo un poco mas estrechamente, y (suspiro) ellos entran y entran. En este punto ya no hay mucho desahogo en proceso, pero grandes oleadas de calor empiezan a irradiar de nosotros. No se que sea exactamente—pero parece estar conectado con el desahogo. Se acercan más y más y yo he aprendido a decir cosas que lo hacen mas expedito. Le diría a la persona “Bienvenida a casa”, y ellos responderían “Aaaahhhh.” Ellos se van acercando más y más, y por supuesto que ya para ese momento me está afectando a mi. No es un proceso unidireccional. Obtienes este profundo, muy profundo sentimiento de no estar solo, de que estas junto con alguien, lo vislumbramos a veces, cuando nos abrazamos con cercanía y desahogamos, pero es un fenómeno diferente.
Hay un poema que escribió John Masefield. Yo pienso que el poeta estaba diciendo algo ciertamente diferente de lo que dicen las palabras. Casi todos aquellos que lo leen saben que es lo que Masefield estaba realmente tratando de decir, aunque lo que pensó no hubiera sido lo que estaba tratando de decir. Dice así:
¿No vendrás a casa, hermano? Has estado lejos por largo tiempo, Es abril, tiempo de florecer y blanco es Mayo, Y brillante es el sol, hermano, Y tibia es la lluvia, ¿No vendrás a casa, hermano? ¿A casa con nosotros otra vez?
Este regreso a casa—la unidad de la humanidad, el no estar solos, no separados—es como un retorno. Y nadie que lo haya hecho, lo olvida jamás. Estas ahí para siempre.
Harvey Jackins
Present Time No. 125 (Vol. 33 No. 4) October 2001, p. 86
“Coming Home”
Traducido por Elena de Hoyos
Diciembre 2001, México