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Sunday, November 24
Janet Kabue
Iliria Unzueta
Teresa Enrico

 

Cometimos un error. El enlace correcto para el artículo "Influencia de la dominación masculina y el sexismo en el lenguaje" es: pt189_146_xos.

Este artículo está escrito especialmente para ti, si piensas o sientes que este tema no tiene nada que ver contigo. Es así como nos afecta la opresión lingüística: “a mí no me atañe”. 

EL LENGUAJE ESCRITO, EL LENGUAJE ORAL Y SU LIBERACIÓN LINGÜÍSTICA

Hace una semana Tim Jackins, nuestro compañero de proyecto RC, me recomendó que debo seguir hablando sobre la Liberación Lingüística en nuestras Comunidades Internacionales de RC.

Este artículo es un intento, en esa dirección, de resumir algunas ideas que tengo sobre la Liberación Lingüística.

Empecemos recordando cuatro puntos básicos:

  • La Liberación Lingüística es una herramienta imprescindible en el esfuerzo por eliminar las demás opresiones (racismo, clasismo, genocidio, sexismo, adultismo, ...). pues la lengua se ha utilizado para mantener in situ el poder, la estructura de los grupos dominantes y los privilegios de su statu quo.
  • Es una “herramienta-clave” para transformar una situación opresora en una situación justa, debido a que puede garantizar el espacio, el tiempo, la visibilidad, el protagonismo y la palabra que se les niega a los grupos oprimidos.
  • Cuantas más perspectivas sobre el mundo – y cuantos más matices de esas perspectivas – podamos incluir y recoger, más de lleno acertaremos en el camino que tenemos que tomar conjuntamente hacia la liberación.
  • El logro y la fuerza de la Liberación Lingüística (al igual que en cualquier opresión) será tan vigorosa y profunda como sea la cantidad de pensamiento y recursos que se le dediquen. 

¿POR QUÉ UN LENGUAJE HUMANO?

Todo aquello que nos une, que nos reúne, nos acerca, nos lleva a entendernos, todo lo que nos hace sentir que estamos unidas es liberador, es liberación.

Todo lo que venga a decirnos que es inevitable que las personas estemos divididas, separadas, dispersadas, discriminadas, enfrentadas, con diferencias insuperables, etc., y que estamos clasificadas en distintos niveles y diferenciadas no es en absoluto inherente a la naturaleza del ser humano.

Hemos sido creadas en conexión, unificadas por medio de un sentido poderoso, simple e ilimitado de mutua igualdad, con el fin de permanecer comunicadas en todo momento. Esa es precisamente nuestra naturaleza original y nuestro destino: la vivencia humana de los seres humanos es de comunicación. Y para que eso sea así hemos venido a este mundo provistas de las características y los recursos necesarios.

Una de las maneras importantes que los seres humanos tenemos para estar comunicados es la lengua, tanto oral, de signos, como escrita. A no ser que interfieran las angustias, nuestra comunicación suele ser limpia, útil, tan hermosa como exacta y agradable; es una actividad que querríamos realizar una y otra vez, oralmente, con signos, escribiendo, cantando, tocándonos mutuamente…

Cuando comunicamos correctamente, juntas aprendemos, enseñamos, entendemos, crecemos, nos desarrollamos, nos atraemos, superamos las diferencias y rompemos límites, deshacemos la división y nos enamoramos mutuamente –sin remedio– e incluso amamos todo.

Para garantizar el éxito de esa actividad humana imprescindible creamos las lenguas; son ejemplos excelentes de la magnífica actividad de la inteligencia humana, que es verdaderamente compleja y profunda.

Todas tenemos la capacidad, de un modo u otro, de comunicarnos entre nosotras y de resultar enriquecidas tras esa actividad agradable y lógica; en una situación sin angustias, tenemos más unidad, fortaleza e inteligencia después de comunicarnos que la que teníamos antes de hacerlo. Saber las unas de las otras, conocer cómo entiende cada una el mundo, cómo lo ve, cómo lo vive, cómo lo siente y cómo lo maneja hace que nos desarrollemos y avancemos conjuntamente.

Cuando las angustias interfieren y obstaculizan la comunicación, entre nosotras surge la confusión, el alejamiento, la desconfianza, la crítica, el conflicto y… la opresión. La situación extrema de esa falta de comunicación, de esta descomunicación o incomunicación sería la guerra.

Para que se dé esta valiosa actividad humana que es la comunicación los seres humanos venimos al mundo perfectamente equipados, sin ningún defecto. Cuanto más nos comunicamos entre nosotras y cuanto más pura y lógica es esa comunicación, se da un re-emerger más firme, seguro y generalizado. No hay nada igual para los seres humanos como el ser parte del motivo del re-emerger de un grupo. 

Por eso pienso que en las comunidades de RC es necesario que tengamos en cuenta, entendamos y cuidemos esa herramienta valiosa que permite tal fenómeno de comunicación: el lenguaje humano. Dependiendo del contexto y de la persona hablante, el lenguaje humano adquiere distintas y diversas formas y estructuraciones. Nosotras en RC utilizamos principalmente dos para estar comunicadas: el lenguaje oral y el escrito. 

LA LIBERACIÓN DEL LENGUAJE ESCRITO

El objetivo de nuestra actividad escrita de RC es que la escritura sea inspiradora en el proceso del re-emerger de la lectora. Para que la comunicación escrita sea re-emergente no sólo para quien escribe sino también para quien lee, podemos garantizar ciertas situaciones y evitar otras.

A continuación, te he puesto algunas de mis ideas y prácticas – algunas co-escuchas de nuestras comunidades han confirmado y comprobado que son útiles– que se pueden entender como una propuesta sencilla a modo de guías, para que las conozcas y las pruebes, si es que así lo deseas. Seguramente tu misma tendrás tus propios trucos para que el escribir nos resulte re-emergente a todas.

Antes de escribir

  1. Suelo recordar que el escribir es un hecho realmente importante y que llegaré a muchas mentes. Así, primero suelo querer desahogar sobre la dimensión de mi influencia; de ese modo puedo evitar más fácilmente las actitudes angustiosas y los pseudo objetivos que me pueden impulsar a escribir (ser especial, asombrar a la gente, ganas de crear admiración, fomentar la discusión, desviar la atención de un tema concreto…).
  1. Junto con eso, suelo imaginar quien lo va a leer, recordando que estoy escribiendo a miles de personas de las comunidades de RC ya que eso me lleva a darme cuenta que me voy a dirigir a personas que tienen otras culturas, idiomas, costumbres, creencias, una comprensión de sus sentimientos, interpretaciones y concepciones del mundo, vivencias, ideas, expresiones sociales ideológicas, gestión de las emociones, horarios… diferentes; personas que son tan sabias y que tienen tanta certeza sobre las cosas como yo.

Por lo tanto, lo que queremos escribir llegará más fácilmente a un conjunto tan amplio de lectoras si “antes de escribir y mientras escribimos ponemos nuestra atención en el esfuerzo de prever que nuestras costumbres, creencias, modos, estilos, juegos de palabras, refranes, expresiones, mentalidades y sus expresiones lingüísticas… no son ni las únicas, ni las más familiares o conocidas por todas”.

Se me ocurre que un ejercicio semejante puede ser una propuesta útil antes de escribir cualquier comunicación a nuestras comunidades internacionales, sobre todo, en esas que llevamos a cabo todos los días: las listas de correo electrónico. (Esa propuesta la mencionaré como Propuesta I, a partir de ahora). 

  1. A continuación, hago tantas sesiones como sean necesarias sobre eso que quiero escribir para asegurar que es eso exactamente lo que quiero escribir y que es este el momento adecuado para darlo a conocer a las comunidades.
  1. Más tarde suelo hacer un par de sesiones – dos por lo menos– para aclarar lo que quiero escribir y decidir cómo escribir y el orden en el que dar las ideas, la extensión y la profundidad del escrito…
  1. Nos será de utilidad, siempre, hacer más de una sesión sobre el idioma que vamos a elegir para escribir. Yo suelo escribir mis artículos en tres idiomas, después de examinar los recursos que hay en el momento. Aquí te pongo unas preguntas que me han venido bien a la hora de tomar decisiones sobre eso: 

- ¿Por qué y para qué quiero escribir en este idioma?

- ¿Cuáles son en este momento las ventajas y los inconvenientes de utilizar este idioma?

- ¿Tengo traducción disponible, en este momento, en algún otro idioma en nuestras comunidades internacionales?

En qué idioma escribir

¿En qué idioma tendríamos que escribir en las comunicaciones escritas de nuestras comunidades de RC? Es una cuestión interesante. Yo creo que el modo más adecuado sería que cada una tuviese la opción de poder escribir en su propio idioma y, a continuación, traducirlo al idioma que la mayoría de la gente pueda entender; hoy en día el inglés. Eso, a veces, es posible hacerlo, otras veces no hemos podido reunir suficientes recursos, por el momento.

No obstante, sería interesante que alguien que no sea angloparlante pudiera escribir en inglés cuando desee hacerlo y que, en el caso de que no se domine bien el inglés –como es el mío– podamos asegurar que lo que se escriba en inglés sea comprensible. En relación a ello, más de una vez se me ha mencionado que en nuestras comunidades de RC hay personas dispuestas a redactar lo que se ha escrito en inglés en un inglés más comprensible para todas.

Uno de nuestros siguientes pasos podría ser hacer una lista de co-escuchas que tengan como primera lengua el inglés y estén dispuestas a pasar a un inglés “formal” o “correcto” ese tipo de escritos. A eso le voy a llamar Propuesta II. Esas personas mantendrían una relación con la persona no angloparlante que ha escrito en inglés, para asegurar que en el proceso de modificar el texto para hacerlo más comprensible no se ha cambiado ningún significado.

Sería importante que las personas angloparlantes pudiesen utilizar ese inglés “correcto” (fácil) o “formal”, en el sentido que se menciona en la Propuesta I.

Yo creo que en nuestras comunidades de RC hemos desarrollado suficiente conciencia y capacidad como para poner en práctica la Propuesta II. 

En cuanto a la extensión

En nuestras comunicaciones corrientes diarias (las listas de correo electrónico de RC, por ejemplo) siempre agradezco los escritos en inglés que no tengan más de una página. Soy capaz de mantener el esfuerzo y el tiempo que me requiere el leer con atención una página escrita en un idioma que no es el mío. A partir de ahí suelo empezar a tener dificultades si el escrito no tiene en cuenta las características que se recogen en la Propuesta I.

Siempre me ha resultado muy útil que el escrito vaya acompañado, en el inicio, de un resumen de las ideas clave que la escritora quiere transmitir. Para mí eso sería una guía adecuada en nuestras comunidades de RC, sobre todo para la gente que es angloparlante o para las personas que han dominado el inglés desde la infancia. A esto le voy a llamar Propuesta III

En escritos no tan corrientes (Present Time, revistas…) encuentro más capacidad en mí para acometer textos más extensos. De alguna forma mi mente se prepara para lecturas largas, a sabiendas de que en esos textos han estado trabajando mentes con el fin de convertir la lectura en una actividad sencilla y comprensible.

Después de escribir 

Y, por supuesto, después de presionar la tecla “enviar” para mandar el escrito a su destino siempre me ha gustado hacer alguna sesión con el fin de limpiar la vergüenza, el arrepentimiento, el miedo de haber metido la pata, algún rastro de auto desvalorización o el terror a las críticas y demás, para que no me obstaculicen en próximos ejercicios de escritura.

LA LIBERACIÓN DEL LENGUAJE ORAL

LENGUAS MAYORIZADAS-DOMINANTES Y LENGUAS MINORIZADAS-DOMINADAS

Al igual que el lenguaje escrito, una de las mejores herramientas que tenemos para reafirmar la garantía de la conexión entre nosotras es el lenguaje oral.

En RC el lenguaje oral además de servir para comunicarnos tiene otra función importante: posibilitar algunos tipos de desahogo, más allá de la comunicación cognitiva. Y el lenguaje oral también es algo más complejo que una herramienta. Para mí, mi lengua es un espacio:

un espacio donde puedo ser totalmente yo misma;

un espacio donde puedo vivir, ser, amar, llorar, soñar, reír, rabiar y gritar contra la injusticia;

un espacio donde me amo tal como soy;

un espacio donde amo y respeto a las que me aman;

un espacio donde estoy en el presente y presente;

un espacio donde se me reconoce;

un espacio donde me hago visible;

un espacio donde soy una más del grupo y tan imprescindible como el resto;

un espacio donde estoy a salvo y permanezco inteligente;

un espacio donde mis palabras toman vida;

un espacio donde mis antepasadas han estado vivas y donde han creado las mejores ideas sobre la vida, el mundo y el universo;

un espacio para honrar a mis antepasadas por todo lo anterior;

un espacio para dar las gracias a mis antepasadas por haberme traído viva hasta aquí;

un espacio donde mi gente y yo nos volvemos reales;

Mi lengua es mi Hogar, esto es, un espacio donde la vida adquiere todo el sentido.

Conexión

Cuando estamos desahogando, aparte de la importancia que tienen los significados de las palabras, hay otra cuestión que posibilitará llevar a cabo la sesión con la elegancia de la brillante combinación de dos iniciativas inteligentes: toda la fuerza ilimitada que tiene de la conexión de la relación entre dos co-escuchas. Es así como yo defino la “conexión”: el fenómeno que puede acabar con el máximo nivel de credibilidad de las angustias; la verdadera revolución que puede darse en la mente humana.

Esa conexión siempre existe en los seres humanos; es una característica propia de nuestro modo de ser humano. Son las angustias las que nos pueden hacer sentir que no existe esta conexión, o que la conexión ha desaparecido por un momento o que se ha interrumpido… Pero la conexión es como el sol, siempre está, lo veamos o no. Todas tenemos la capacidad innata de darnos cuenta de la realidad, la cual garantiza que estamos unidas al resto de seres, sin ningún tipo de división, en este escenario universal perfecto, sumergidas en miles de sendas re-emergentes. Lo único que no nos permite percibir la vida así son nuestras angustias.

VOLTEANDO LA OPRESIÓN LINGÜÍSTICA, PRACTICANDO LA LIBERACIÓN.

Conexión y liberación lingüística: en mi rol de participante

Me he dado cuenta que cuando mis escuchas se sienten unidas a mí, es entonces cuando dan lo mejor de sí mismas y cuando yo doy lo mejor de mí mismo, es decir, cuando estamos conectadas es cuando damos lo mejor de nosotras mismas, en las actividades de RC. Deberíamos dedicar toda la atención a este hecho al principio de toda sesión. En sesión creo que lo más importante no es que la escucha pueda entender qué es lo que estoy desahogando, aunque eso siempre suele ser de ayuda. Hay otro acontecimiento que es más clave que ese, y que puede condicionar totalmente el resultado: que yo, cuando soy participante, abra y ofrezca acceso total a mi mente a la escucha, para que pueda entrar en ella. Osea, es utilizar esta conexión mutua conscientemente. Esa es una acción verdaderamente poderosa; pienso que es el arma más contundente contra mis angustias.

En los últimos años he podido observar, a menudo y cada vez con más claridad, que la opresión lingüística puede dificultar e, incluso, impedir esa conexión. Por eso, cuando soy participante, intento atraer a la escucha hacia el proceso interior de mi mente, para lo que suelo utilizar, entre otras cosas:

Alguna que otras palabras del idioma de la escucha, cuando es diferente al mío, pronunciar una frase habitual “Que bueno verte”, y en verdad percibir e indagar en el profundo significado de esa frase, observando con precisión de qué manera es bueno para mi verla de nuevo. A menudo suelo utilizar esa frase en su idioma, y eso le añade un poder especial a nuestra conexión. Los diez o quince primeros minutos de la sesión los he solido dedicar en esa dirección, y entonces, el resto del tiempo de sesión la atención no quiere ir a las angustias con tanta insistencia. Quiere seguir nadando en la brillante superficie del océano de conexión, en la realidad.

Otras veces ha servido una mirada silenciosa y prolongada a sus ojos, antes de que mis angustias o las de la escucha empiecen a hacer ruido; o repetir su nombre una y otra vez y ser consciente de ese momento presente que tenemos entre las dos.

De alguna manera, suelo hacer un esfuerzo para que ella sea testigo y partícipe de mi proceso; por lo tanto le hago saber que utilizaré toda su presencia al completo, dejando claro que en eso la lengua no será un obstáculo, sino una ayuda. Ayuda para la conexión que tenemos que establecer desde el primer segundo en que nos encontramos.

La lengua, instrumento para unirnos y acercarnos mutuamente aún más: en mi rol de escucha

Y cuando sucede eso mismo al viceversa, esto es, cuando la participante que no conoce mi lengua me hace saber que va a estar ahí, siendo consciente de mí, dispuesta y abierta a que yo esté con ella al cien por cien, la sesión suele ser excelente.

Eso ha sucedido fácilmente cuando ella también ha tomado en consideración que se están relacionando diferentes lenguas, que la suya no es la única ni la más importante. Si muestra un mínimo interés por mi lengua, está mostrando interés por mi persona; eso le permite darse cuenta que conseguir la completa disponibilidad de toda la dimensión de la comunicación, depende de la actitud de ambas y no solamente del pleno esfuerzo de una sóla de las dos partes implicadas.

El hecho de que ella, cuando es participante, haya mostrado algún gesto relativo a la situación lingüística, ha sido decisivo para dejar de lado lo que la opresión lingüística –entre otras cosas – nos suele querer presentarnos como imposible: que entre las dos la conexión total es posible. En esas condiciones nunca me he sentido confundido o perdido como escucha.

La opresión lingüística sobre todo puede desfigurar esa función clave que cada una tendría que desempeñar en una actividad de RC, y hace que se creen expectativas falsas. En el siguiente parágrafo he tratado de explicar eso.

Lenguas minorizadas­-dominadas: “inferioridad interiorizada” 

Mi lengua, aparte de ser minoritaria – lo habla solo una minoría– ha sido y es minorizada, ha sido deliberadamente forzada a ser minorizada, a restringir, recortar su uso y extensión y a ser marginada, a estar prohibida o perseguida.

A veces se han utilizado las leyes y la normativa socio­política creada expresamente para ello; otras veces se ha usado la violencia.

Y ha sido también, y es, aislada: ha perdido la relación con su familia lingüística o no se le ha podido encontrar parentesco lingüístico. 

Ese condicionamiento se puede reflejar en mi conducta si no estoy atento. A eso lo denomino inferioridad interiorizada y puede tener estas expresiones: fácilmente - y sin intervención externa - puedo tender a sentirme menos que el resto, por propia inercia, o a hablar en la lengua de la otra persona o a desplazarme a mí mismo del centro a un margen... a olvidar mi propia importancia y significado, o a dar y dar y dar (es la manera en que nos han dejado las consecuencias no desahogadas del genocidio; la gente indígena tenemos habitualmente la tendencia de darlo todo pensando que de ese modo la gente blanca o invasora tal vez nos vaya a perdonar la vida y se vaya a marchar, dejándonos en paz…) y se puede resumir así: “yo no me merezco tanto, o tanto como…”. Eso suele influir en nuestro proyecto de RC.

Lenguas mayorizadas-dominantes: “superioridad interiorizada”

las lenguas mayoritarias: las lenguas que más hablantes tienen en el mundo– y

las lenguas mayorizadas: las lenguas a las que las angustias les han dado un estatus e importancia que no les corresponde, suponiéndolas más importantes que las demás, y presentándolas como superiores a las demás: más completas, más adecuadas, mejores, con más nivel de desarrollo, con más estatus, etc.

y las lenguas dominantes: las que han tomado a otras lenguas bajo el ámbito de su poder y autoridad - las minorizadas generalmente- y las han manipulado y condicionado según sus intereses, forzándolas a amoldarse, a someterse o asimilarse a esta relación de poder. 

Estas lenguas son las que rodean la mía. He podido ver que las huellas (angustias) de la opresión de las lenguas mayorizadas-dominantes se pueden encontrar en sus hablantes – las cuales mayormente se ejecutan inconscientemente– por el mero hecho de vivir en países con un modo de vida capitalista o imperialista que han provocado que su idioma y cultura sean dominantes. A eso le llamo “superioridad interiorizada” y, en general, se materializa al creer, ver y percibir como inferiores al resto de los grupos culturales o sociales que no son dominantes.

Su postura y actitud normal (inconsciente en general) es la de esperar que la gente de las lenguas minorizadas se adapte a su modo, ritmo y estilo, y esperar que de ellas recibirán, gratitud, admiración, beneficios, privilegios o favores. La tendencia general angustiosa y resumida suele ser: yo necesito –merezco– más, o más que...”. Eso tiene una influencia notoria en nuestras actividades de RC. (Las actividades de RC que contienen un notorio número de gente blanca son especialmente desafiantes para gente indígena como yo), 

Superando la inferioridad y la superioridad interiorizadas, en la sesión de RC

La superación de esas dos opresiones interiorizadas es uno de los objetivos principales de la práctica de RC, y el momento en el que puede suceder es único: cuando las dos mentes, en una relación de mutua igualdad, se ayudan conjuntamente a liberarse de esto. Sobre eso, aquí te ofrezco una afirmación:

En nuestras comunidades internacionales de RC tendríamos que tener siempre claro que el no hablar inglés es el estado natural de muchísimos miembros de RC y que de ninguna manera es una carencia, falta de capacidad o de responsabilidad el no hablarlo o no saberlo. En ausencia de angustias, de manera natural todas las personas, sin excepción, querríamos saber y hablar la lengua del prójimo tanto como la nuestra.

Eso lo propongo como dirección para que vayamos desahogando y superando esas dos opresiones interiorizadas.

Inferioridad interiorizada

Si en una sesión estoy con alguna persona de una lengua mayorizada- dominante me ha solido servir de mucha ayuda el modelar para esa persona la manera en que yo, como participante, puedo hacerle sitio para que entre en mi sesión, para que entre en mi mente, para que entre a mi vida, para que se sumerja conmigo en mi desahogo y re-emergencia. Es una manera útil de interrumpir mi “inferioridad interiorizada” y mantener el poder que me corresponde. Además de las direcciones que hemos dado más arriba, otras han funcionado bien: cuando he tomado en cuenta su lengua haciéndole quizás un resumen al comienzo o al final de mi sesión de lo que he trabajado en ella, si es que no ha podido entender mi lengua–; mirándola a los ojos largamente y con amor antes de empezar, dedicándole palabras cariñosas de mi lengua, cogiendo su mano entre mis manos y cantándole alguna canción de cuna, acariciándola…

Como consecuencia de haber recibido y asimilado esta actitud de superioridad o dominación de su país se le puede olvidar, con más facilidad que a mí, que el intento serio de acercarnos mutuamente por encima de todas las limitaciones es cosa de las dos, y que es el esfuerzo más inteligente que nos corresponde a las dos en ese momento. Tú misma encontrarás muchas maneras de hacerlo en el camino. ¡Ánimo!

Superioridad interiorizada

Cuando ella, en su sesión, ha solido hacer un esfuerzo para darse cuenta que yo estoy ahí, con mi bagaje cultural (Propuesta I) y lo ha tenido en cuenta, es entonces cuando en la sesión he podido poner con ella todo el potencial de mi plenitud a su favor. De esa manera ha podido hacer frente a su “superioridad interiorizada”. Tal como hemos comentado antes, ella puede emplear alguna palabra de mi lengua en la sesión, alguna que puede ser de gran significado para mí:

­ “yo-amar- tu” ; “tu corazón y el mío” ; “bueno verte” ; “tú y yo para siempre” ; “cerca” ; “no miedo ahora”; “perdona”; “juntas las dos” …

La característica común de la superioridad interiorizada suele ser, utilizar la lengua para hacer ruido, para tapar la falta de conexión o el miedo a lo desconocido o a la gente extraña, la desconfianza... en vez de utilizar la lengua para crear conexión y proximidad. En este caso le he pedido a la participante que esté en silencio y que me mire durante 5 o 10 minutos sin hablar. Tú encontrarás muchas maneras en tu práctica, estoy seguro.

Una vez que hemos llegado al punto en el que hemos comprendido que ambas somos las responsables de la ilimitada cercanía y conexión entre nosotras dos, la dirección que ha tomado a menudo la sesión ha venido determinada por esa conexión indestructible que ha emergido entre nosotras dos, no tanto por la decisión de la participante de trabajar por su cuenta y sola en la sesión.

Esa última situación ha pasado a un segundo nivel. La sesión normalmente resulta muy vigorosa, las re-evaluaciones ocurren más fácilmente y nos ha mantenido a participante y escucha en el presente. 

Por otro lado, no debemos olvidar que el resto de opresiones (clasismo, sexismo, racismo...) que rodean a estos fenómenos de interiorización pueden reforzarla y acentuarla o anclarla aún más, o distorsionarla, según en qué papel nos haya tocado actuar en esas opresiones.

Derribando falsas expectativas

El hacer ese trabajo origina que las dos seamos conscientes de las falsas expectativas que puede crear la opresión lingüística. Esas expectativas se dan en las dos direcciones. Por mencionar algunas, he aquí algunas de las que pueden surgir por parte de los hablantes de lenguas mayorizadas y lenguas dominantes debido a la “superioridad interiorizada”:

  • “la persona de la lengua minoritaria como la de la minorizada entenderá mi lengua, porque la ha aprendido (por ejemplo, alguien de una lengua minorizada que ha aprendido inglés), por lo tanto, ella tendría que dar el primer paso para acercarse a mí y para que la sesión sea inteligible”.
  • “la persona de la lengua minoritaria como la de la minorizada tendría que aprender mi lengua (el inglés o alguna otra mayorizada) porque es la más utilizada a nivel internacional… y porque casi todo sucede en inglés; le conviene y le beneficiará”. 
  • “la persona de la lengua minoritaria como la de la minorizada es ahora la escucha, por lo tanto, ella tendría que hacer el esfuerzo para entenderme y acercarse a mí en mi lengua, y dejarme a mí a hacer y guiar la sesión a mi manera… porque yo sé hacerlo mejor… etc.

Y aquí algunas otras expectativas que puede poner en marcha la “inferioridad interiorizada”: 

  • “Yo debería saber su lengua”; “No entenderá la mía, ni ahora ni nunca”; “Esto no irá bien”; “No nos podemos comunicar”, “No sé su lengua”; “Con ella va a ser inútil” “Todas ellas son exactamente iguales”; “No me verá, no se dará cuenta de nada, no valdrá la pena” ... “y eso, en gran parte, está sucediendo por mi culpa, porque soy ignorante, porque no soy tanto como debería de ser, porque ellas no tienen remedio…”

En los grupos de apoyo de RC

También he visto manifestaciones de la opresión lingüística interiorizada en grupos de apoyo. En general, se pueden utilizar y aplicar las recomendaciones anteriores en los grupos de apoyo o en los grupos wigelio..., estando en una actividad de RC.

A continuación, te ofrezco algunos ejemplos habituales para que captemos más fácilmente esa cuestión. La participante puede tener la tendencia a elegir una escucha que hable su lengua. Ahí el criterio generalmente suele basarse en el idioma y, por lo tanto, está basado en la comprensión de una pequeña parte de toda la comunicación (cognitiva) que la participante puede producir, queriendo creer que en ello encontrará conexión y contradicción. Pero en la comprensión (cognitiva) no tiene por qué haber conexión necesariamente; no siempre. Muchas veces he comprobado que el miedo a la persona desconocida y la desconfianza a   lo extraño han estado detrás del criterio   de elegir a una escucha que maneja la misma lengua propia.

Eso no tiene por qué ser así, a la fuerza. Cualquier escucha puede ofrecer en cualquier situación la conexión, la contradicción y la perspectiva lógica, acertada y adecuada que necesita la participante.

Tomemos en cuenta que hemos estado haciendo miles de veces ese mismo ejercicio de co-escucha y que todas hemos llegado a ser expertas en este arte de ser co-escuchas.

Tal como se ha mencionado, tengamos en cuenta que, aunque es importante entender la actividad de la comunicación verbal de la participante, es en la actitud donde se basa la clave necesaria para que se dé la verdadera revolución entre las dos –participante y escucha–: la conexión.

Protegerse en la traductora oral: sobre-protección de nuestro miedo 

Otras veces, en lugar de hacer una relación directa con la escucha o la participante, se suele utilizar a la traductora oral como intermediaria para construir la relación a través de ella; eso suele suceder más a menudo cuando somos de cultura, lengua o procedencia distinta. Eso no nos va a llevar a conocer verdaderamente a la otra persona ni a hacer una conexión directa con su mente; siempre nos faltará algo: la verdadera relación.

En ese caso suelo animar a que   no utilicemos a la traductora oral como puente o excusa para llegar indirectamente a la escucha o la participante. No hay nada como la relación directa para facilitar la contradicción más potente a los daños, miedos y frustraciones que hemos acumulado en nuestras relaciones. 

EN RC Y FUERA DE RC, VENIMOS DEL PASADO PARA VIVIR ENRAIZADAS EN EL PRESENTE

El pasado

Mi pueblo es un pueblo indígena. Nuestra lengua es una de las más antiguas del mundo. Cuando estoy utilizando mi lengua y no el inglés, la gente me ha solido decir a menudo que parezco otra persona. Eso lo he podido comprobar muchas veces en los talleres. Por ejemplo, en una comunidad concreta he solido hacer, a menudo, una demostración con alguien que nunca ha utilizado su lengua indígena, y toda la comunidad ha tenido que desahogar porque ha sido la primera vez que han visto a esa persona de una manera nueva y totalmente distinta, debido a que le han visto funcionar en su idioma original, y no en la lengua que la asimilación le ha obligado a usar. Ese tipo de demostraciones ha solido dar un poder especial a la participante, le ha situado más al centro en su comunidad y ha ampliado la conciencia de todos los miembros respecto a ella de una manera considerable. Esas demostraciones con la gente indígena que vive en países capitalistas y con un modo de ser imperialista han puesto de manifiesto una parte nueva de información que faltaba en esa comunidad: que todas las piezas del puzle, todas en absoluto, son imprescindibles para que este proyecto avance.

Esta es mi sospecha –y así lo deberías entender, no de otra manera– que cuanto más antigua es una lengua, más información ha podido recoger y guardar sobre épocas anteriores a las opresiones organizadas y a las explotaciones brutales preconcebidas de ciertos grupos o a épocas anteriores a guerras estructuradas, ocasionadas por sociedades jerárquicas. Por ejemplo, en mis viajes me he topado con personas que no podían traducir la palabra “opresión” a su lengua nativa, porque en su lengua indígena no existe un término como ese. Otra vez también estuve con alguien que tenía dificultades de traducción con el término “mentir”. Eso me ha hecho pensar mucho. 

Todas procedemos de antiguas culturas indígenas y de grupos culturales que utilizaban lenguas indígenas. Más tarde se desarrollaron sociedades opresoras basadas en la avaricia, la explotación, el esclavismo, así como en el clasismo, y seguramente trataron de ocultar, destruir y hacer desaparecer –como lo hicieron en mi pueblo– el estrato indígena no-opresor y no-invasor que existía anteriormente. Esto responde a una causa: es más fácil que el capitalismo y la opresión te manipulen si no has podido mantener la conexión que tienes con tu gente, tu cultura y tu lengua, tu tierra y tus raíces. La planta que no tiene raíces es débil, está habituada a lo superficial, a lo esporádico, no tiene profundidad, está concebida para una vida corta. Así nos quiere el sistema.

Por eso, suelo animar a la gente a que investigue cuáles fueron sus raíces, su cultura y su lengua de origen, porque es una dirección liberadora y que empodera, tal como he podido comprobar los últimos años.      

El ahora 

En mi opinión, la relación de RC, como cualquier otra relación en la vida, solamente puede suceder en el presente, no en el pasado, ni en el futuro. Teniendo en cuenta la herencia de guerras, invasiones, conflictos, violencia, luchas, altercados, peleas... que tiene la humanidad y sabiendo que ha vivido todo eso apartada de la posibilidad de desahogar, no es extraño que los seres humanos en la actualidad tengamos serias dificultades para estar presentes y poder ver la realidad con claridad.

Las historiadoras suelen calcular que, de todo el tiempo de vida de la humanidad, el 97% lo hemos pasado en guerra. No sé si hemos vivido en paz el 3% restante; seguramente lo hemos pasado reconstruyendo y recuperándonos de los efectos de las guerras.

Sin desahogo y re-evaluación, podemos convertir el pasado, entre otras cosas, en un conjunto de falsas expectativas y necesidades congeladas, que podemos fácilmente proyectar hacia el futuro.

Y con frecuencia, el futuro lo solemos utilizar, entre otras cosas, como una huida inmediata del momento presente diseñada por nuestras dificultades de permanecer presentes en el ahora, debido a que son muchas las angustias que se nos re-estimulan en cada momento y no siempre tenemos a mano la oportunidad de desahogarlas. Esta huida la materializamos a través de acciones como hacer, producir, consumir, “hacer ruido” ...

De esa forma es difícil crear una conexión - pues ésta se da sólo en el presente- y una comunicación lógica, correcta y atractiva.

Cuando practico la Liberación Lingüística y utilizo las estrategias que he explicado a lo largo de este artículo para conseguir una verdadera conexión con mi participante y escucha, siempre me he encontrado desahogando sobre las dificultades que tengo para estar presente en el ahora. Eso me ha llevado a entender que solamente en el presente tenemos la posibilidad de ser todo lo que somos y de comprender correctamente la realidad benigna tal como es. Ahí está la auténtica oportunidad de estar bien comunicadas.

En mi humilde opinión, los seres humanos creamos los lenguajes humanos para esto: estar bien comunicadas entre nosotras en el presente y juntas ser conscientes de la verdadera realidad, para hablar y compartir un punto de vista lógico, acertado, correcto y real tanto del pasado como del futuro, y para diseñar juntas un presente común, adecuado y re-emergente.

Propuesta IV

Estar presente en el ahora requiere, en primer lugar, ser conscientes de las opresiones que nos rodean, así como de las que nosotras mismas producimos y, seguidamente, ofrecer propuestas para pasar a una situación de liberación. Voy a terminar el artículo con una última propuesta pequeña y eficaz, en este sentido. Le voy a denominar Propuesta IV.

Cuando vamos a una actividad de RC o cuando volvemos de ella, y si tengo que relacionarme con la gente que no sabe mi lengua, me toca ser traductor oral. Puedo estar traduciendo en todo el viaje –y llegar al taller un poco cansado– y en el taller también tendré que seguir traduciendo. En esos casos he solido proponer que organicemos nuestro viaje desde un punto de vista liberador. La gente ha respondido bien hasta ahora cuando he sido yo el que ha hablado en su lengua, porque ellas no hablan la mía. Después de un tiempo de 20-30 minutos, aproximadamente, he solido pedir su atención durante uno o dos minutos para que pueda desahogar lo que me haya podido originar el tener que hablar sin parar en su lengua. Pues, en general, no somos muy conscientes del esfuerzo que supone el tener que hablar durante un día entero sin parar en una lengua que no es la tuya y que has tenido que aprender. Tanto para ellas como para mí ha resultado ser un ejercicio liberador, de acercamiento e inspirador.

Por lo que a mí respecta, lo suelo organizar desde el punto de vista de la Liberación Lingüística, y esta es mi propuesta.

También se podría llevar a cabo desde muchos otros puntos de vista liberadores haciendo espacio y tiempo para/ con las personas que sufren directamente otras opresiones, como clasismo, sexismo, racismo, adultismo… 

¿En los viajes y en los momentos compartidos no estructurados de RC podemos quedarnos por un momento –¿tal vez cada hora? – mirándonos unas a otras y ofrecer un minuto de atención a la persona que está en una situación más difícil (con mayores desventajas) para que nos cuente cómo está siendo para ella? 

Eso nos obligaría a estar totalmente presentes en el ahora y a mantener de continuo nuestra relación actualizada y dirigida hacia la liberación. En lo que respecta a la liberación lingüística, lo he estado haciendo así y lo seguiré haciendo.

Para terminar, una pregunta para ti:

¿Qué opinas sobre esas cuatro propuestas?

Gracias por tu tiempo.

Con amor
Xabi 

XABI ODRIOZOLA EZEIZA.
MARIETA LARRINTZAR HERRIA. AGOSTO DE 2015

Traductoras:
Del euskera al castellano: Juan Gabriel Urriategi.
Del castellano al inglés: Stéphan Picard
Revisión en castellano e inglés: Goizalde Galartza

 

 

 

 

 

 


Last modified: 2023-04-15 09:24:12+00